Tras algo más de una semanita en Shanghai, mi siguiente destino fue Xian y los Guerreros de Terracota. Xian fue una de las antiguas capitales de China y el término de la Ruta de la Seda. Es uno de los destinos turísticos más importantes del país.
Xian o Xi´an
Xian, también se escribe Xi´an, en sus tiempos fue una gran megalópolis, llena de cortesanos y funcionarios imperiales, comerciantes, guerreros, sacerdotes, viajeros, y un punto donde confluían culturas y religiones diferentes.
Para hacerse una idea de lo grande que era Xian en su época de esplendor, durante la dinastía Tang, sus murallas cubrían un área de 83 km cuadrados.
De Shanghai a Xian fuí en avión. El vuelo me costó 770 yuanes y lo reservé por ctrip.com (una agencia de viajes china online). Reservar por internet en una página china me planteaba algunas dudas.
Siempre suelo hacer una búsqueda con algún buscador tipo Skyscanner para comparar precios, y suelo comprar por edreams o por la compañía aérea directamente dependiendo de los precios de unos y otros.
De ctrip.com ya había oido hablar e incluso fue objeto de estudio en un posgrado que hice sobre Gestión y Marketing de Empresas Turísticas. Es una agencia reconocida así que, a pesar de mis reticencias, compré el billete ya que el precio que me daba era bastante inferior a cualquier buscador. Sus ofertas para vuelos interiores en China son realmente buenas, no así para vuelos de China a otros países.
Llegamos a Xian pasado el mediodía. Una vez instalados en el albergue lo primero que hicimos fue ir a la estación a comprar el billete de tren a nuestro siguiente destino, Pingyao. Tenía la intención de hacer el trayecto con un tren nocturno y dormir en litera. Desgraciadamente ya no quedaban plazas para ninguno de los siguientes días.
Cometimos el error de no haberlo comprado con antelación en Shanghai. Las comunicaciones a Pingyao son algo limitadas y las plazas se agotan enseguida, especialmente en los trenes con literas.
No nos quedó más remedio que reservar el trayecto en autobús nocturno. Semanas atrás un autobús que cubría ese mismo trayecto tuvo un accidente con muertos. Poca gracia me hacía el tema.
Dedicamos el resto del día a visitar la ciudad. Empezamos por las murallas. Las murallas de Xian rodean el centro histórico de la ciudad. Estas murallas no son cualquier cosa. Tienen una altura de 12 metros y un perímetro de 14 km en forma de rectángulo. Casi nada.
Como se ve en la foto las murallas son muy amplias, los que las convierte en un excelente paseo desde donde pasearte a pie o en bici y admirar la ciudad. Alquilamos unas bicicletas (las alquilan por 20 yuanes) e hicimos parte del perímetro. Entre que era pleno verano, con un calor sofocante, y que se nos estaba haciendo algo tarde no dimos la vuelta completa.
Después visitamos la Torre del Tambor y la Torre de la Campana, construcciones situadas dentro de la zona amurallada de Xian, la Gran Mezquita y el barrio musulmán, también dentro de las murallas. Disfrutamos mucho paseándonos por el barrio musulmán, lleno de puestecillos al más puro estilo árabe combinado con un toque chino.
Es curioso ver esa mezcla de cultura china y musulmana. Fuimos al barrio musulmán con la intención de cenar algo, pero no nos apeteció ninguno de los puestos callejeros ni los restaurantes de la zona. Los platos que servían tenían buena pinta, pero las condiciones higiénicas no parecían ser de las mejores y esa noche nos apetecía ir a algún sitio algo más cuidado.
Casi nos quedamos con las ganas por que se nos hizo las 9:30 de la noche y nos costó bastante encontrar un restaurante con la cocina abierta. En China se cena muy pronto y Xian no es ni Shanghai ni Beijing donde puedes comer a casi cualquier hora del día o de la noche.
Al día siguiente nos esperaba una excursión que contratamos en el albergue para visitar los Guerreros de Terracota