
En Flandes, en la confluencia de los ríos Voer y Dijle, se encuentra Lovaina. Esta pequeña ciudad belga es una excelente opción para una pequeña excursión de un día desde Bruselas.
No es para menos, fue la ciudad escogida por Tomás Moro para publicar su célebre obra Utopía y tiene la universidad más antigua del país en cuyas aulas dio clases Erasmo de Rotterdam.
Además, alberga un barrio medieval, el Beaterio, declarado Patrimonio de la Humanidad, guarda una espectacular biblioteca con más de un millón y medio de libros, tiene un interesante patrimonio arquitectónico barroco, es una de las ciudades belgas con más tradición cervecera, y su animado centro urbano que tiene más de 230 bares.
Cómo llegar
Lovaina está a uno 30 km al este de Bruselas, la capital del país. Con esta ubicación tan conveniente no es difícil adivinar que llegar a la ciudad flamenca es fácil y sencillo.
Los viajeros que decidan llegar vía aérea tienen dos opciones: el aeropuerto de Charleroi y el aeropuerto Internacional de Bruselas. Si llegas al aeropuerto de Charleroi debes ir en bus hasta Charleroi y desde allí desplazarte en tren hasta Lovaina. Si vuelas a Bruselas compara precios y consigue la mejor oferta aquí:
Si tu aeropuerto de llegada es el de Bruselas, la cosa es más sencilla, hay trenes directos desde el mismo aeropuerto hasta Lovaina. También hay autobuses pero el trayecto es muchísimo más largo (1h 15). Para más detalles consulta cómo ir de Bruselas a Lovaina.
Lovaina está muy bien comunicada con el resto del país por tren. Para que te hagas una idea un trayecto Bruselas – Lovaina en tren se hace en 30 minutos y cuesta 5.5 euros. La estación de tren está a menos de 10 minutos caminando del centro.
También se puede llegar mediante el autobús desde algunas ciudades belgas. Sin embargo el trayecto tarda muchísimo más y los precios no son muy diferentes con respecto al tren. P.ej. desde Bruselas se tarda más de 1 hora y el precio se sitúa en 3 euros.
Puedes ver las opciones de autobús en la compañía responsable de ello:
Dónde dormir
La mayoría de gente que visita Lovaina lo hace en una excursión de un día desde Bruselas u otra ciudad belga. Sin embargo si quieres quedarte a dormir en Lovaina tienes varias opciones. Yo te aconsejaría básicamente dos: la zona que cubre la Plaza de los Mártires y el centro urbano, y la segunda la zona del Beaterio.
Lo mejor es quedarse en el centro que es donde tienes gran parte de los atractivos turísticos y la animación de bares y restaurantes que hacen de Lovaina una de las ciudades más divertidas de noche de Bélgica.

La zona del Beaterio está bien si quieres disfrutar de esta zona con tanto encanto de noche. Sin embargo seguro que acabarás acercándote al centro para cenar y tomarte una cerveza. Personalmente me centraría en la zona centro.
Encuentra los mejores precios en alojamiento tanto en Lovaina como en el resto de Bélgica aquí:
Qué ver en Lovaina
Entre las calles de la ciudad flamenca se cuelan un sinfín de monumentos, de zonas verdes y puntos de interés que hacen de su visita una excursión muy simpática. Si estás pensando en visitarla, te doy algunas pistas para que puedas sacar el máximo partido a tu estancia ya que hay un buen número de cosas para ver en Lovaina.
1. Martelarenplein
En la plaza de los Mártires, la cual curiosamente fue reformada por el español Manuel de Solà-Morales, se encuentran la sala Het Depot, la más importante de la ciudad, el nuevo ayuntamiento y una larga retahíla de bares y restaurantes con un animado ambiente.
Está presidida por el Vredesmonument, o el Monumento de la Paz, en homenaje a las víctimas de la Primera Guerra Mundial.
2. Biblioteca de la Universidad

Este edificio, ubicado en la plaza Monseigneur Ladeuzeplein, es uno de los más significativos de Lovaina. Fue arrasado por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial, pero con ayuda de los estadounidenses se reconstruyó.
Hoy es un punto de visita ineludible para los que visitan la ciudad. Destaca su fachada, que es una fusión entre el estilo renacentista y el flamenco y en la que se dejan ver reminiscencias norteamericanas.
En su interior, hay que visitar, sí o sí, la sala de lectura. Está revestida de madera y rebosante de libros, pues tiene más de un millón. Tampoco dejes de subir a su torre para disfrutar de una de las mejores panorámicas de la ciudad.
3. Abadía Keizersberg
Todas las abadías que hay en Lovaina están rodeadas de entornos naturales muy bellos, en los que reinan el silencio y la tranquilidad. Keizersberg se levanta sobre la colina del Emperador, desde donde, además, las vistas a la ciudad son espectaculares.
Esta abadía neorrománica está rodeada por una gran muralla y recorrida por un inmenso jardín, entre el que se cuelan singulares pozos y restos de antiguas construcciones que le imprimen un carácter muy especial. Y, a modo de curiosidad, aquí se alojó nuestro emperador Carlos I.
4. Jardín botánico Kruidtuin

Este jardín, también conocido como el «jardín de las hierbas», es el más antiguo de Bélgica. En sus instalaciones hay más de 800 especies de plantas y flores, un invernadero tropical y un jardín acuático, los cuales se organizan en torno a un bonito estanque y varias áreas de descanso. Su entrada es gratuita.
5. Iglesia de San Miguel
Este templo religioso se encuentra cerca de la universidad, en Straat Naamse. Merece la pena acercarse para ver la bella decoración de su fachada, con sus pilastras jónicas, sus frisos decorados con ángeles y sus innumerables detalles, que le han hecho ganarse el apelativo de «altar fuera de la iglesia».
En su interior, destacan las grandes columnas de arenisca blanca, las cuales se fusionan con su singular techo abovedado, que desprende un brillo especial con los destellos del sol.
6. Gran Beaterio

Este espacio, declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los más encantadores y de mayor valor del patrimonio de la ciudad. Es un antiguo beguinaje, que era el lugar donde vivían las asociaciones de mujeres cristianas cuya labor era la ayuda a los desamparados, pobres, enfermos y niños.
Se ubica al sur de la ciudad, en ambos márgenes del río Dijle, está rodeado por una muralla, cruzado por bonitos puentes y recorrido por más de una docena de callejuelas adoquinadas.
Entre estas se cuelan viviendas típicas de ladrillo originarias del siglo XVII y algunas de madera típicas del siglo XVI, coquetas plazas, conventos y su bonita iglesia de estilo gótico.
En la actualidad es propiedad de la universidad, de hecho muchas de sus casas son viviendas de estudiantes y profesores. Sea como fuere, constituye, una auténtica ciudad dentro de Lovaina, cuya visita supone un viaje de lujo en el tiempo. No dejes de visitarlo!!!
7. Abadía de Santa Gertrudis
Junto al Beaterio se encuentra Santa Gertrudis. Esta abadía, construida entre los siglos XIII y XV por el mismo arquitecto que diseñó el ayuntamiento viejo y a la que se accede a través de un bonito jardín repleto de flores, destaca por su gigantesca torre gótica de piedra que mide más de 70 metros de altura.
8. Grote Markt

Esta coqueta plaza se encuentra en el corazón de la ciudad flamenca; es el centro de todo. Está rodeada de bares muy animados, que hacen honor a la tradición cervecera que hay en la ciudad, y por algunos de los monumentos más impresionantes de la ciudad, como el ayuntamiento viejo.
Construido entre 1448 y 1469, este edificio puede presumir de ser uno de los máximos representantes del gótico. Destaca por su impresionante fachada, la cual está compuesta por tres pisos decorados con sucesiones de grandes ventanales en los que hay insertas nada menos que 236 esculturas.
Las del primer piso representan a personajes que han tenido relevancia histórica en la ciudad; las del segundo, a figuras simbólicas y santos de la ciudad; y las del tercero, a los duques de Brabante y a los condes de Lovaina. Para rematar, esta colosal construcción está coronada con seis pináculos, que le imprimen una magnificencia única.
En frente se encuentra la iglesia gótica de San Pedro. Puede vanagloriarse de ser de las pocas que tiene el título de Iglesia Magistral, lo que conlleva que todo religioso que oficie en ella debe ser doctor en Teología.
Al margen de esta curiosidad, este templo, declarado Patrimonio de la Humanidad, no solo destaca por la bonita y profusa decoración de su fachada, sino también por albergar en su interior valiosas obras de arte, como la pintura de La última cena de Dirk Bouts.
9. The Capital
Los amantes de la cerveza tienen que visitar sí o sí The Capital. Este moderno bar, ubicado en Grote Markt, tiene más de 2.000 tipos diferentes de cerveza, de las cuales más de la mitad son de origen belga.
Entre ellas se encuentran Westvleteren 12 o Rochefort Trappistes 10, que están en la listas de las mejores del mundo. Para acompañar tu elección, puedes pedir una tapa, que, curiosamente, están elaboradas por un chef español. Cervezas belgas y gastronomía española: no se puede pedir más.
10. Oude Markt

Esta plaza es conocida como «la barra más larga de Europa», ya que tiene una larga retahíla de restaurantes y de bares, los cuales constituyen el punto de encuentro por excelencia de los locales y el lugar de fiesta de los universitarios.
Entre semana está más animada que en los fines de semana cuando los estudiantes vuelven a pasar el fin de semana a sus casas.
Son, además, un lugar de peregrinación para los amantes de la cerveza, pues sus cartas contienen infinitas variedades artesanales de este oro líquido. Todo el que sale de fiesta por primera vez intenta cumplir el típico reto de beberse una cerveza en cada uno de los bares que la rodean.
En el centro de esta plazuela, haciendo compañía a los más de cuarenta establecimientos que aquí se encuentran, está Kotmadam. Se trata de una estatua levantada en homenaje a las mujeres que acogen a los estudiantes que vienen de todas las partes del mundo.
11. M-Museum

Este museo, localizado en el centro de Lovaina destaca por su bonita fachada, obra de Stéphane Beel, en la que se fusionan componentes históricos con elementos arquitectónicos contemporáneos.
En su interior, guarda una extensa colección de arte con más de 46.000 piezas, entre las que se incluyen cuadros y esculturas góticas y otras obras y pinturas del siglo XIX de artistas flamencos importantes, como George Minne. Sin lugar a dudas, constituye una cita de lujo con el arte.
12. Abadía del Parque
De las cuatro abadías que tiene Lovaina esta es la más bucólica. Primero, por el ambiente sosegado que reina en su entorno. Segundo, porque está rodeada de bellos jardines, de bonitos parques, de frondosas praderas y de grandes alamedas, donde se puede disfrutar de una agradable jornada.
En su interior, alberga el museo de Arte Religioso y Cultura, que contiene una extensa colección de arte religioso y una gran biblioteca, la cual incluye más de 6.000 documentos antiguos.
13. Fábrica de cerveza Stella Artois

Para adentrarse en la tradición cervecera de la ciudad, nada mejor que una visita a esta fábrica de cerveza. Tiene más de seis siglos de historia y hoy es una de las mayores productoras del mundo de esta bebida.
Además, es la insigne creadora de la cerveza más célebre de la ciudad: Stella Artois. En su vista podrás ver cómo es el proceso de fabricación de la cerveza y, por supuesto, podrás degustarla.
14. Bondgenotenlaan
Esta calle, que va a dar a la popular plaza de Grote Markt, es la gran arteria comercial de la ciudad flamenca. Constituye un auténtico paraíso para los incondicionales del shopping, pues aquí encontrarán un sinfín de tiendas de todo tipo, de moda, de accesorios, de calzado o de recuerdos.
15. El Palacio de Arenberg

El Palacio de Arenberg data del siglo XVI y propiedad de la Universidad Católica de Lovaina, tiene un estilo arquitectónico flamenco incorpora elementos del renacimiento, de un barroco tardío y del neogótico.
Está situado a las afueras de Lovaina por lo que si dispones de una bicicleta puedes llegar a él dándote un bonito paseo. En caso contrario está demasiado lejos como para ir a pie y si bien es un bonito palacio no vale la pena organizarte el traslado solo para verlo.
16. Abadía de Vlierbeek
Esta abadía benedictina se encuentra al noroeste de la ciudad, entre bosques, prados y un gran parque, al que acuden los locales y los estudiantes a pasear, a disfrutar de un picnic o a hacer deporte.
Está integrada por enormes edificios monásticos y coquetas edificaciones, que constituyen una auténtica ciudad religiosa. Recorrerla te embarcará en un tranquilo viaje al pasado de la vida monástica.
Excursiones y tours cercanos
A menos de dos horas de Lovaina se ubican algunas de las ciudades belgas más bonitas y que más se repiten en las guías turísticas. ¿Por qué no aprovechar la estancia en la ciudad flamenca para hacer una visita alguna de ellas? Para que puedas aprovechar como Dios manda tu estancia, te sugerimos algunas propuestas.
Bruselas
En menos de media hora puedes llegar en tren directo a la flamante capital de Bélgica. A priori, puede parecer aburrida por ser la sede la burocracia europea, pero no es así. Es una ciudad moderna, vanguardista, sofisticada y con encantador aire bohemio.
Tiene «la plaza más bella del mundo» -Grand Place-. Está declarada Patrimonio de la Humanidad y guarda sus tesoros arquitectónicos más valiosos: Maison des Boulangers y su cúpula de cobre, el edificio del ayuntamiento y la Maison des Ducs de Brabant o la Maison du Roi.
Además,alberga más de un centenar de museos y más de 500 edificios de art nouveau, tiene un centro de dedicado al cómic y un icono muy singular: Manneken Pis, la estatua de un niño pequeño orinando en el extremo de una fuente. No olvides tampoco visitar el Atomium.
Brujas
Poco más de hora y media hay entre Lovaina y Brujas. Esta ciudad belga reúne todos los ingredientes para hacerle una visita: un casco histórico medieval declarado Patrimonio de la Humanidad, bonitas casas gremiales, coquetas plazas, bucólicos canales, impresionantes torreones como el campanario de Belfort, un lago del Amor (Minnewater) y una iglesia (la de Nuestra Señora) que guarda la Madonna de Brujas, de Miguel Ángel.
Puedes visitar todas estas ciudades por tu cuenta. Sin embargo también tienes la posibilidad de unirte a un tour gratuito una vez llegues a cada una de ellas, o contratar excursiones y actividades organizadas. Echa un vistazo a algunas posibilidades aquí: Free tours y excursiones organizados en Bélgica
Gante
A medio camino entre Bruselas y Brujas se encuentra esta encantadora ciudad. Reúne una buena colección de lugares, los cuales ejercen de poderoso imán para los viajeros más ensoñadores.
En la ciudad belga se puede pasear por sus viejos muelles, admirar en el interior de la catedral La adoración del cordero místico de los hermanos Van Eyck, viajar en el tiempo en el barrio medieval de Patershol, saborear un chupito de ginebra, respirar paz en el gran beaterio de Santa Isabel o saborear típicos poepkes o cuberdons.
Amberes
Unos 70 km es la distancia que separa Lovaina de esta moderna ciudad. En esta urbe, que fue morada de Rubens, conviven en perfecta armonía los edificios de estilo gótico flamenco, como la catedral de Nuestra Señora, y del barroco más florido, como la iglesia de San Pablo, con las construcciones vanguardistas y con la moda.
Esta última tiene su máxima expresión en las calles Schutterhofstraat, repleta de firmas de lujo, y Meir, donde hay tiendas más asequibles.
Cómo moverse

Lovaina es una ciudad pequeña, por lo que puedes desplazarte a pie sin ningún problema. Si aún así quieres un medio de transporte, te recomendamos la bicicleta. Es el medio de desplazamiento preferido de los lovanienses, por lo que cuenta con un excelente sistema de carril-bici.
Encontrarás puntos de alquiler en las inmediaciones de la estación central de trenes o en la plaza de los Mártires.
La red de autobuses urbanos está gestionada por la empresa Lijn y llegan a todos los puntos de la ciudad. Normalmente no te hará falta utilizarlos en ningún momento. Para desplazamientos puntuales, puedes recurrir al taxi. No es el medio más económico, pero sí el más funcional, sobre todo cuando no se tiene mucha idea de llegar al destino o para cuando se tiene prisa.
Gastronomía

Hay quien dice que el que no saborea la gastronomía del lugar que visita, no termina de conocerlo. La cocina de Lovaina aúna los sabores regionales con los alemanes y los franceses. El resultado es un recetario tan amplio como variado y, eso sí, contundente.
Los platos más tradicionales de la mesa lovaniense son el waterzooi, una crema caliente elaborada a base de pollo o verduras, nata y patatas, las carbonadas flamencas, que son guisos de carne de buey con especias y cerveza, y stoemp, puré de verduras y patatas, acompañados de carne, la mayor parte de las veces salchichas a la brasa.
Los mejillones patatas fritas, las endivias rellenas, los tomates rellenos de gambas, conejo con ciruelas o croquetas de gambas grises son otras de las recetas típicas belgas que podrás degustar en Lovaina.
En cuanto a los postres, no te olvides que estás en Bélgica, la cual es la cuna del chocolate. Por tanto, en la ciudad encontrarás un sinfín de tiendas donde puedes comprar innumerables variedades de chocolate: desde pralinés hasta bombones rellenos de frutos secos, con especias o de chocolate puro.
Pero la carta de postres no se queda ahí e incluye otras dulces propuestas, como gofres –wafels-, crepes –pannekoeken-, arroz con leche –rijstpap– o pastel de hojaldre con almendras –mattentaart-.
Para beber, por supuesto, cerveza y, si puede ser, Stella Artois. Como alternativa también puedes elegir ginebra (jenever), que aquí, curiosamente, las encontrarás de sabores diferentes a los que se consumen en España: frambuesa, melón, con especias…
Hay infinidad de restaurantes, sobre todo en Grote Mark y sus alrededores, donde se pueden saborear todas estas propuestas. Si quieres disfrutar de una experiencia gastronómica única, te recomiendo que vayas a Domus, en el centro de la ciudad. Además de una carta muy completa ¡tiene su propia fábrica de cerveza en el interior!.
Vida nocturna
Lovaina es una ciudad vibrante, con mucha animación y con un ambiente muy juvenil; el que le dan los más de 50 000 estudiantes estudian en su universidad. El punto de encuentro y el centro de la marcha es Oude Markt, que para eso es el «barra más larga de Europa».
En este espacio hay más de una cuarentena de restaurantes, bares y pubs, donde se dan cita diariamente los devotos de la cerveza y del buen ambiente. En verano, tiene más encanto pues se llena de terrazas.
Los amantes del jazz encontrarán en la plaza Vismarkt varios locales en los que suena este tipo de música, como At the Bepop o De Blauwe Kate. Aquí también está De Blauwe Schuit, que destaca porque tiene una bonita zona ajardinada.
Grote Markt alberga uno de los bares más emblemáticos de la ciudad: The Capital. Un lugar de visita ineludible para los amantes de la cerveza, pues tiene miles de variedades de esta bebida.