
Lisboa, la capital de Portugal, es una de las ciudades más interesantes y bonitas de Europa. Sorprende muy gratamente a quien la visita por primera vez. Hay tal cantidad de cosas que ver y hacer en Lisboa que atrapa a cualquiera que la visite. Para mí está en esa categoría de ciudades a las que siempre quieres volver.
La capital portuguesa es una de las ciudades más bonitas y cosmopolitas de Europa. Situada en el estuario del río Tajo, la ciudad ocupa varias colinas desde las que se tienen una vistas maravillosas. Su ubicación ha hecho de ella un importante enclave marítimo a lo largo de la historia. Este carácter marítimo está muy presente en el legado histórico y en la personalidad de la ciudad.
Lisboa es un destino vibrante y lleno de color, con rincones maravillosos que se descubren paseando por las estrechas calles del centro histórico, con un paseo por la orilla del río, relajándote en sus parques y jardines, o visitando las zonas más modernas de la ciudad.
La ciudad además de tener un clima excelente, una gastronomía deliciosa, y una animada vida nocturna, tiene mucho para visitar y una enorme cantidad de actividades que enganchan a visitantes de todas las edades y gustos. Lisboa ofrece un buen número de monumentos históricos, museos de clase mundial, y otras atracciones turísticas.
Zonas y atractivos turísticos que hay que ver en Lisboa
Hay tal cantidad de cosas que ver en Lisboa que hace falta al menos un mínimo de tres días para explorarla en condiciones. A continuación una guía sobre los atractivos turísticos más interesantes de Lisboa
Baixa
Baixa, y sus barrios contiguos como la Alfama a un lado, y Chiado y el Barrio Alto al otro son el centro histórico de Lisboa. Baixa es la zona central situada entre las dos colinas que acogen a estos otros barrios. Esta zona se extiende desde la Plaza del Rossio hasta la Praça do Comercio, dos de las plazas más conocidas de la ciudad.
Este distrito también llamado la Baixa Pombalina es ideal para admirar la arquitectura pombalina. El nombre le viene del Marqués de Pombal que reconstruyó toda esta zona tras el terremoto de 1755 que la dejó totalmente destruida. Los edificios “pombalinos” se caracterizan por su sobriedad y elegancia, con clara influencia estructural neoclásica y elementos propios del rococó francés.
La Baixa es una zona que alberga un buen número de sedes de empresas, restaurantes, tiendas, y muchos hoteles y albergues juveniles, no en vano es una de las zonas más buscadas para alojarse en Lisboa. Sus calles tienen mucha vida, y una cantidad importante de turistas.
Toda ruta por Baixa debe llevarte a visitar la Plaza del Rossio, una de las plazas más populares de Lisboa, recorrer la peatonal Rua Augusta, y llegar hasta el Arco del Triunfo en la Praça do Comercio, la plaza más famosa, a orillas del río Tajo.
En Baixa hay que pasearse por sus calles sin prisas. En uno de sus laterales se encuentra una de los atractivos turísticos más populares de los que hay que ver en Lisboa, el elevador de Santa Justa. Este elevador conecta Baixa con la parte alta del Barrio Alto.
El elevador de Santa Justa fue construido en el año 1902 tiene 45 metros de altura. Hoy en día ha perdido su función principal convirtiéndose en una atracción turística más. Los turistas y los 5 euros que cuesta utilizarlo tienen la culpa de ello. Desde lo alto hay unas vistas excelentes de la ciudad.
El Chiado y el Barrio Alto
El Chiado y el Barrio Alto flanquean y ocupan una de las colinas laterales de Baixa. El Chiado es una zona muy comercial que ha retenido su pasado aristocrático y de zona que antaño fue de las más cotizadas. Hoy todavía es una zona elegante plagada de tiendas, cafés y librerías.
Paséate por sus calles más conocidas como la Rua Garret o la Rua do Carmo, y tómate un café en el Café A Brasileira, el más famoso de la ciudad. Delante de este café está la estatua de Fernando Pessoa. Otro atractivo turístico del barrio son las ruinas del Convento do Carmo hoy reconvertido en Museo Arqueológico.
El Barrio Alto por su parte es un barrio antiguo de calles estrechas y serpenteantes. Salió bastante bien parado del terremoto de 1755 y pudo conservar gran parte de sus edificios. Tiene cierto aire bohemio y sus calles están llenas de cafés, restaurantes, y tiendas de diseñadores locales.
Si por algo destaca el Barrio Alto es por su vida nocturna. Puedes dirigirte a él para cenar, escuchar fados, o salir de copas en alguno de sus muchos barecillos y pequeños clubs. Es una de las zonas con más ambiente por las noches de Lisboa.
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La Alfama, la Catedral de Lisboa y el Castillo de San Jorge
Uno de los barrios que hay que ver en Lisboa sí o sí es la Alfama. Es el más antiguo de la capital portuguesa, y la cuna del fado. El encanto de la Alfama reside en sus callecitas estrechas y serpenteantes, sus casitas típicas, sus pequeñas plazas, y los miradores que te obsequian con fantásticas vistas.
A la Alfama hay que ir de día para pasearse por sus calles y visitar sus atractivos turísticos, y de noche para cenar y disfrutar del fado. En el barrio hay un buen número de casas de fado, restaurantes que ofrecen una cena y tras ella (o durante), con luces tenues, podremos disfrutar de los cantos, y disfrutar de una noche mágica. Conviene informarse previamente y hacer reserva. Los mejores están siempre llenos.
El fado es un canto melancólico, generalmente interpretado por un hombre o una mujer acompañada de una guitarra española o portuguesa. Refleja un poco un sentimiento fatal, triste aunque también cotidiano.
No siempre son tristes, los hay alegres y vivaces, pero generalmente son los melancólicos los que gustan más a los portugueses. Disfrutar de una noche de fados es una experiencia que no puedes perderte si visitas Lisboa.
La Alfama cuenta además con dos de los atractivos turísticos más interesantes de Lisboa: La Catedral y el Castillo de San Jorge. La Catedral de Lisboa, Santa Maria Maior de Lisboa (conocida popularmente como Sé), de estilo románico fue construida en 1147. Para llegar a ella podemos subirnos al tranvía 28 (Sé) desde Baixa, y una vez allí tendremos acceso a la catedral en sí, y opcionalmente al claustro y al tesoro (estos dos tienen una pequeña entrada).
Y ya que estamos en este histórico barrio, continuaremos hasta arriba y visitaremos el Castillo de San Jorge, otro de los atractivos turísticos imprescindibles que hay que ver en Lisboa. Está a unos 15 minutos de la Catedral, así que visitaremos ambos en el mismo recorrido. Otra manera de hacerlo más cómoda es subir con el tranvía hasta la cima, visitar el Castillo y de bajada visitar la Catedral y la Alfama.
El Castillo de San Jorge es una imponente fortaleza muy bien conservada (se reconstruyó todo lo que estaba en mal estado). Merece la pena visitarlo tanto por el propio castillo, como por las espectaculares vistas de la ciudad y del río Tajo.
El barrio de Belém: El poder del mar y los descubridores
Desde la reconquista, el poder marítimo de Lisboa fue la base de su desarrollo y poderío como antigua potencia europea. La capacidad mercantil era vital para el desarrollo de la ciudad, y con el descubrimiento de América, Portugal encontró una época de esplendor que repercutió enormemente en la capital.
Y como no, Vasco de Gama, con sus viajes, ayudó a este auge. Así que el rey Manuel I no dudó en ordenar la construcción de un monasterio para conmemorar sus hazañas a su regreso de las Indias. En el siglo XVI se construyó una de las joyas de la capital portuguesa, el Monasterio de los Jerónimos. Visitarlo es una de las cosas que hay que hacer en Lisboa sí o sí.
Hoy en día el barrio de Belém es el barrio más cultural de Lisboa. Además de atractivos turísticos tan importantes como el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, o el Planetarium, también acoge a un buen número de museos, y galerías de arte. Entre los museos más destacados de este distrito figuran el Museo Nacional dos Coches, el Museo de la Marina, el Museo Berardo,
El Monasterio de los Jerónimos
El Monasterio de los Jerónimos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es otro de los grandes monumentos que hay que visitar en Lisboa, quizás el más turístico de la capital portuguesa. El monasterio fue mandado construir por Manuel I en el año 1501, en conmemoración al regreso de Vasco de Gama de la India.
Su visita es de las más impresionantes de la ciudad. Lo primero que llama la atención al llegar es la perfección de su arquitectura, de bellas proporciones, y sus dimensiones con una impresionante fachada de más de 300 metros de largo.
La visita te permite conocer varias partes del monasterio como la Iglesia y el Claustro. En la Iglesia podremos admirar su Portada del Mediodía de estilo manuelino, que constituye la entrada a la misma, presidida por Nuestra Señora de Belém y escenas de la vida de San Jerónimo. Ya una vez dentro hay que destacar el mausoleo y la magnífica bóveda nervada.
El claustro por su parte también tiene una decoración preciosa también de estilo manuelino. En él residen las tumbas de Vasco de Gama, Luís de Camões, y Fernando Pessoa. Sin dudas el Monasterio de los Jerónimos es una de las cosas más espectaculares que se pueden ver en Lisboa.
La Torre de Belém y el Monumento de los Descubrimientos
Sin salir de Belém, muy cerquita del Monasterio de los Jerónimos, está la famosa Torre de Belém, declarada también Patrimonio de la Humanidad junto al Monasterio. Este baluarte se construyó en el siglo XVI con estilo manuelino.
Sirvió de defensa del estuario del Tajo y más tarde como prisión, faro, fortín para guardar impuestos, y centro aduanero. Su privilegiada posición hacía posible controlar con facilidad la entrada y salida de navíos del estuario. Se compone de cinco pisos, con numerosas aberturas para cañones. La Torre de Belém es una de las estampas más fotografiadas de Lisboa.
También en el Barrio de Belem, junto a la Torre de Belém y al Monasterio de los Jerónimos, se encuentra el Monumento de los Descubrimientos. Este monumento de 52 metros de altura se construyó para conmemorar el quinientos aniversario de la muerte de Enrique el Navegante. Se puede subir a lo alto y tener vistas del barrio y del río.
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La Lisboa Moderna: la Avenida da Liberdade y la Plaza Marqués de Pombal
Además de conocer los barrios más históricos y turísticos también vale la pena conocer la ciudad más moderna y cosmopolita que es hoy en día Lisboa. Recomiendo un paseo recorriendo la Avenida Liberdade desde Restauradores hasta la Plaza Marqués de Pombal.
La Avenida Liberdade es una de las avenidas más lujosas y elegantes de la capital lusa. Está compuesta de edificios señoriales, tiendas de lujo, teatros, excelentes restaurantes, y buenos hoteles. Esta zona es una opción excelente para alojarse en Lisboa. Personalmente es la zona que más me gusta.
El Parque de las Naciones
El Parque das Nações es otro referente de la Lisboa más moderna. Fue la zona donde se celebró la sede de la Expo Mundial del 98.
Es un barrio modernísimo que acoge varias cosas interesantes como el Puente Vasco da Gama, la Estación de Oriente, del arquitecto Calatrava, el Museo de las Ciencias, o el Oceanario. Si tienes días de sobra incluye esta zona en tu lista de cosas que hay que ver en Lisboa.
Los museos más interesantes
Como no podía ser de otra manera, esta ciudad también cuenta con museos que valen mucho la pena. Entre los museos de Lisboa más recomendables destacaría: el Museo Nacional de Arqueología, el Museo de los Carruajes, el Museo de la Marina, el Museo Berardo de Arte Contemporáneo, El Museo del Fado, y el Museo de Oriente.
Tranvías, barcos y elevadores
Una de las atracciones más típicas de Lisboa son sus tranvías. Además de ser un transporte público muy útil que nos evitará las cuestas pronunciadas de la ciudad, algunas de sus líneas son casi una guía del recorrido que hemos de seguir para ver lo más importante. El tranvía 28 recorre la Baixa, el Chiado, Alfama… así que es uno de los que más vas a utilizar.
También los funiculares son curiosos, sirven para no tener que pegarnos la paliza en calles muy empinadas. Y para quienes disfruten de los barcos, sobre todo los niños, nada mejor que cruzar el Tajo en las diversas líneas que unen Lisboa con las localidades de la zona sur, en los barcos turísticos o en el autobús anfibio.
Lisboa, una ciudad para disfrutar
Desde su centro histórico con sus monumentos, comercio y hostelería tradicional, pasando por el arte y la música con los universales fados, hasta las zonas más modernas y cosmopolitas, típicas de una desarrollada ciudad europea. Lisboa es una ciudad completísima plagada de atractivos y de cosas para hacer.
Es una ciudad en la que apetece estar y que lo tiene todo para que disfrutes de tu estancia. Tiene los atractivos turísticos que se le presuponen a la capital de una antigua potencia mundial, visitas muy interesantes a los alrededores como Sintra o Cascais, una gastronomía exquisita, muy buena vida nocturna, y uno de los ambientes más agradables y divertidos de Europa