Qué hacer en Zaragoza: 20 planes imprescindibles

Qué hacer en Zaragoza

En este artículo te sugiero algunas de las mejores cosas que hacer en Zaragoza. Toma buena nota de esta lista y prepara tu visita. Todas ellas valen la pena.

Zaragoza es la capital de Aragón, una ciudad muy antigua construida prácticamente sobre las orillas del río Ebro. 

Más de 2.000 años de historia, desde su fundación romana, y una mezcla de culturas, musulmana y cristiana, han dejado una ciudad con muchos monumentos emblemáticos y conjuntos arquitectónicos muy bien conservados. 

Pero, además, Zaragoza es una ciudad moderna, que ofrece muchas posibilidades a quien la visita. Por eso, hay muchas y variadas cosas que hacer en Zaragoza. 

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Qué hacer en Zaragoza: los mejores planes

1. Apuntarse a un free tour por Zaragoza 

Zaragoza es una ciudad muy antigua, fundada por los romanos como Caesaraugusta en el siglo I a. C. y llamada Saraqusta por los musulmanes

Eso implica mucha historia y muchos lugares que visitar y lo mejor que hacer en Zaragoza, nada más llegar, es participar en este free tour guiado, de dos horas, por el centro histórico. 

Se inicia en la plaza de España, zona más antigua y entrada a la parte romana. Paseando por estas calles que dieron origen a Zaragoza podremos visitar restos de la Puerta Cinegia. 

Llegando a la plaza de San Felipe es momento de recordar la desaparecida atalaya de la Torre Nueva, conocida como “torre de Pisa de Zaragoza” por su inclinación. Fue derribada en el XIX por considerarse peligrosa. 

La visita continúa por las calles de El Tubo, zona de tapeo por excelencia, para llegar a la plaza del Pilar, centro neurálgico y admirar la imponente arquitectura de la Basílica. Los muros exteriores contienen detalles de ornamentación mudéjar declarados Patrimonio de la Humanidad. 

Alcanzando la unión de las murallas romanas con el Torreón de la Zuda, se observa la fusión entre elementos romanos y musulmanes. El recorrido culmina junto al Teatro romano.

Este tour vale realmente la pena para conocer la historia de Zaragoza, sus anécdotas, y algunas recomendaciones interesantes que te aportará el guía. ¿Su coste? Gratis!! Solo tienes que aportar una propina para el guía si te gusta cómo llevó el tour.

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2. La Basílica del Pilar, una de las visitas más importantes que hacer en Zaragoza

Qué hacer en Zaragoza; la Basílica del Pilar

Si hay algo imprescindible que hacer en Zaragoza es entrar en la Basílica del Pilar. Este majestuoso templo es el símbolo zaragozano más emblemático y una de las obras del barroco más importantes de España. 

Es una espectacular edificación a orillas del Ebro que comparte el rango de catedral junto con la Seo. Erigida donde la leyenda dice que la virgen se apareció al Apóstol Santiago en una columna o pilar de jaspe, en el año 40 d. C. 

La famosa talla de madera que la representa es muy pequeña, unos 36,5 centímetros, colocada en el gran altar del final de la basílica. 

La basílica se ha ido transformando con la ciudad con el paso de los siglos. Comenzó como una pequeña iglesia románica en el siglo XIII, pero lo que vemos en la actualidad comenzó en 1681, sobre cimientos anteriores. 

Si la fachada y las puertas impresionan, el interior es excepcional, con un montón de joyas como varios frescos de Goya, un retablo de Damián Forment o la Santa Capilla. 

También se pueden disfrutar las mejores panorámicas de Zaragoza tomando el ascensor que eleva 65 metros hasta llegar al mirador de la torre San Francisco de Borja.

Puedes hacer la visita por tu cuenta o hacerlo con una visita guiada. Entre éstas, echa un vistazo a esta visita guiada por el Pilar y la Catedral del Salvador que incluye las entradas y también un pequeño recorrido por las calles del casco histórico.

3. Entrar en la atmósfera solemne de la Catedral del Salvador

La catedral del Salvador, conocida popularmente como la Seo, está cerca de la basílica del Pilar. 

Es otra de las joyas arquitectónicas religiosas de Zaragoza, una de las dos catedrales metropolitanas y la primera catedral cristiana de la ciudad, que vivió acontecimientos importantes, como los juramentos de Fueros. 

Fue construida en el siglo XII sobre una antigua mezquita y constituye una mezcla de distintos estilos, como románico, barroco, mudéjar, gótico y renacentista, en una edificación de planta basilical de 5 naves y 6 tramos cubiertos por bóvedas de crucería. 

En uno de sus laterales exteriores destaca el muro de la anexa capilla parroquial de San Miguel Arcángel, obra cumbre del mudéjar zaragozano, declarada Patrimonio de la Humanidad. 

En el interior es muy notable el retablo mayor, obra representativa del gótico europeo del siglo XV y modelo para otros como el retablo mayor del Pilar. 

Dentro de la Seo se puede visitar el museo de tapices, donde se exponen muchas piezas que pertenecieron a los reyes aragoneses. Es una de las mejores colecciones del mundo de tapices flamencos de los siglos XV, XVI y XVII.

4. El Palacio de la Aljafería, otro imprescindible que ver en Zaragoza

Qué ver en Zaragoza; El Palacio de la Aljafería

Este edificio, que en origen se llamó Palacio de la Alegría, es el monumento árabe por excelencia de Zaragoza. Una de las cimas del arte hispanomusulmán, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba y uno de los principales ejemplos de estilo mudéjar aragonés. 

Levantado en el siglo XI por orden de Al-Muqtadir, es una muestra de los años de esplendor del reino de Taifa. Fue una impresionante fortaleza de anchos muros y sólidos torreones, diseñada con planta cuadrangular, alrededor de un patio. 

Todas sus torres son redondas, con excepción de una única torre rectangular, conocida como torre del Trovador. Ha sido, desde alcázar islámico a palacio mudéjar, palacio de los Reyes Católicos, cárcel de la Inquisición o cuartel militar. Actualmente, alberga las Cortes de Aragón. 

En su interior destacan estancias como el Salón Dorado o salón de mármoles, la principal estancia del palacio, así como el mihrab, oratorio privado del rey y su corte, orientado hacia la Meca. 

También destacan, la Torre del Trovador, donde se sitúa la trama de la ópera de verdi, “Il trovatore”, el patio de Santa Isabel, uno de los rincones más bonitos de la Aljafería o el Salón del Trono.

En definitiva, uno de los principales atractivos turísticos que hay que ver en Zaragoza. No te pierdas su visita.

5. Ver atardecer en Zaragoza desde el Puente de piedra

Tras un día entretenido, nada mejor que hacer en Zaragoza que ver un precioso atardecer desde el puente de piedra. Construido en el siglo XV donde hubo un antiguo puente romano, es el más antiguo y emblemático de la ciudad. 

En el siglo I ya hay constancia de la existencia de un puente de piedra o madera para acceder a una de las puertas principales de entrada. En 1813, las tropas napoleónicas volaron la arcada más cercana al Arrabal mientras huían. 

A mitad del puente, en uno de sus miradores, llama la atención la Cruz de Basilio construida en honor a los caídos durante los Sitios de Zaragoza. 

El puente tiene una longitud de 225 metros y está custodiado en cada extremo por dos leones, símbolo de la ciudad. A lo largo del puente hay varios miradores semicirculares, desde los que se obtienen las mejores vistas, con el río Ebro y la basílica del Pilar de fondo. 

Al atardecer es uno de los lugares más especiales de Zaragoza, con una puesta de sol épica objeto de miles de fotografías. Cruzándolo completo, desde el Balcón de San Lázaro, se añade a la postal la vista del propio puente de piedra.

6. Descansar en el pulmón verde del Parque Grande José Antonio Labordeta

Es un parque precioso, gran pulmón de la ciudad, que fue inaugurado en 1929. En 2010 tomó el nombre de José Antonio Labordeta, escritor, cantautor y político zaragozano. 

Es un lugar espléndido para disfrutar de la naturaleza, un parque de grandes dimensiones, con 27 hectáreas de verde con aire puro, compuesto por miles de plantas y árboles. 

Inspirado en el Palacio de Versalles, cuenta también con fuentes ornamentales, parterres, rosales trepadores y muchos lugares que visitar. 

La gran avenida del Parque grande es el Paseo San Sebastián, en su parte central. El paseo termina al fondo con la fuente principal y una magnífica cascada y sube una escalinata al Cabezo de Buenavista. 

Allí, se encuentra el monumento al rey Alfonso I el Batallador, escultura enorme y blanca que se recorta contra los pinos que la rodean. Desde aquí hay magníficas vistas del parque y sus alrededores. 

Tras el monumento nos encontramos el Jardín de Invierno. Estos jardines de estilo fancés conforman un lugar romántico y señorial, inspirado en la belle époque.

El parque permite hacer muchas actividades y también se puede visitar un hermoso Jardín botánico de finales del XVIII.

7. Tapear por las emblemáticas callejuelas del Tubo

Qué hacer en Zaragoza; De tapas por el Tubo

La costumbre de ir de tapas está muy extendida en la ciudad y se ha convertido en algo que sí o sí hay que hacer en Zaragoza. La oferta está extendida por toda la ciudad, pero, sin duda, el epicentro de las tapas está en la zona del Tubo. 

Este entramado urbano en pleno casco histórico se llama así por sus callejuelas estrechas entrelazadas, que siempre están llenas de gente en un ambiente animado y alegre. 

Aquí, locales y turistas se juntan, tanto de día como de noche, para degustar una buena variedad de sabrosas tapas. 

Cada bar ofrece sus propias especialidades y hay un montón de opciones. Además, en esta zona se encuentran algunos de los bares y tabernas más antiguos de la ciudad, con una oferta gastronómica tradicional y variada o de vanguardia. 

Algunos locales tienen mucha historia, como la Casa Lac, uno de los restaurantes más antiguos de España, fundado en 1825 por la familia Lac, procedente de Francia, o el Plata, fundado en 1920. 

En cualquier caso, estas callejuelas están repletas de bares donde tapear y, al estar en pleno centro histórico, se puede compaginar perfectamente con la visita a la ciudad.

8. El Acuario Fluvial, una buen plan que hacer en Zaragoza con niños

El Acuario fluvial es una buena visita que hacer en Zaragoza, un plan para niños y adultos, situado en uno de los pabellones temáticos de la Expo 2008. 

Con 3.400m2 de exposición, representa uno de los acuarios de agua dulce más grandes de Europa. En sus instalaciones se alojan 70 peceras, con más de 5.000 animales de más de 350 especies distintas de fauna fluvial. 

El edificio cuenta con distintos cuerpos, donde el espacio central representa los glaciares, origen de todo río. En el tanque central se simboliza el Gran Río Mundo, que representa la idea del agua primigenia. 

Cuenta con 9 metros de profundidad, más de 45 metros de longitud, entre 8 y 9 metros de ancho y casi 2 millones de litros de agua. A sus lados hay naves cuadrangulares que albergan los espacios de exposición dedicados a algunos de los ríos más importantes del planeta. 

Así, se puede encontrar fauna muy variada de los ríos Nilo, Mekong, Amazonas, Murray-Darling y el Ebro, entre peces galápagos, reptiles, ranas, siluros, tiburones, cocodrilos, nutrias y demás. 

También se pueden hacer actividades de buceo y, snorkel en el tanque central y se celebran eventos como comuniones o cumpleaños. Puedes comprar la entrada online.

9. Recordar el pasado de Caesaraugusta recorriendo las ruinas romanas

Qué ver en Zaragoza; Caesaraugusta

La historia de Zaragoza se remonta a más de 2.000 años atrás, cuando el emperador César Augusto fundó una colonia, que llamó Caesaraugusta, en la confluencia de los ríos Ebro, Gállego y Huerva, sobre un asentamiento íbero anterior. 

Quedan muchos vestigios romanos y es muy interesante hacer un recorrido por calles y museos que recogen su historia. 

Podemos observar las murallas, aunque apenas se conservan un par de tramos, el más grande de 80 metros, y las ruinas de un teatro romano con capacidad para 6.000 espectadores, con su propio museo. 

También, visitar el Museo del foro, centro neurálgico y lugar de reunión social, civil, religiosa, política y económica, que se encuentra en el subsuelo de la actual plaza de la Seo. 

Se pueden observar varios fragmentos de tuberías de plomo de la época que suministraban agua en la época de Tiberio. 

En el centro de Caesaraugusta, entre el foro y el teatro, estaban las termas, punto de encuentro de la alta sociedad romana, que estuvieron en uso hasta el siglo IV. 

La ruta se completa con la visita al Museo del puerto fluvial, uno de los más importantes de Hispania, que aprovechaba el Ebro para la navegación.

10. Disfrutar de la obra de Goya visitando su museo

Sin duda, la figura de Goya ha dejado mucha huella en Zaragoza. Y no solo por toda la ciudad, porque el Museo de Goya atesora muchas de las obras del famoso pintor aragonés. 

Es un centro de referencia para conocer su obra, desde su época juvenil hasta su última estancia en Burdeos, donde murió en 1828. Un espacio único para conocer la obra del artista, sus antecedentes, el contexto histórico y su repercusión posterior. 

El museo está ubicado en el Palacio de los Pardo, edificación renacentista del siglo XVI llamada también Casa Aguilar, que está a tan solo 120 metros de la plaza del Pilar. 

Alberga más de 500 piezas, exponiendo catorce cuadros y algún dibujo de Goya, y, sobre todo, la colección completa de grabados: los Caprichos, los Desastres de la guerra, la Tauromaquia, los Disparates y los Toros de Burdeos. 

La exposición se reparte en tres plantas. En la primera, están los antecedentes de Goya, del XV al XVIII. La segunda se dedica a su obra en las distintas etapas. La tercera se dedica al legado de Goya, con obras de seguidores e imitadores y artistas españoles del siglo XIX que sintieron su fuerte influjo.

11. Desplazarse hasta la monumental localidad de Tarazona

La estancia en Zaragoza es ocasión para visitar algunos rincones interesantes cercanos, como la monumental Tarazona, apenas a una hora de la capital. 

El pasado de Tarazona está marcado por su posición estratégica, que ha dejado un amplio legado prerromano y de convivencia pacífica entre cristianos, judíos y musulmanes. 

Resulta muy interesante pasear por las calles del antiguo barrio de la judería y morería, con su trazado de calles sinuosas y estrechas propias del urbanismo medieval que fue testigo de la convivencia de culturas, viviendo su mayor esplendor durante el siglo XIII. 

El conjunto histórico está entre los más bellos de España, con una buena cantidad de monumentos de valor incalculable, como su catedral de Santa María de Huerta. Es un hermoso mosaico de estilos arquitectónicos cuyos orígenes se remontan al siglo XIII y mezcla elementos góticos, mudéjares y renacentistas. 

Verdaderamente impresionante resulta la fachada renacentista del Ayuntamiento, edificado apoyándose en la muralla, entre 1557 y 1563. 

Callejeando por este casco histórico se pueden contemplar otros lugares únicos, como las bellas casas colgadas sobre el río Queiles, la iglesia de Santa María Magdalena, el convento de la Concepción o su peculiar plaza de toros octogonal del siglo XVIII.

12. Pedir un deseo bajo el Arco del Deán

Qué ver en Zaragoza; El Arco del Deán

Justo tras la Catedral del Salvador, en una zona con mucho ambiente medieval, con su propia historia y leyenda, se encuentran la Casa del Deán y su famoso arco. 

La casa fue construida en el siglo XIII, siendo la única vivienda medieval no palaciega, así como el único arco, que se mantienen en pie actualmente. 

Sigue el modelo de casón medieval aragonés, en una estructura de dos casas unidas por el arco y una lonja abierta en el edificio mayor.

La casa tiene tres plantas con diferentes dependencias y los estilos mudéjar y plateresco están muy presentes en el interior, que cuenta con preciosas techumbres de madera y un fino trabajo de yesería. 

En 1293, el Deán decide construir un arco como pasadizo para unir la residencia con la catedral. 

La leyenda dice que las autoridades civiles no quisieron costear las obras, así que el Deán se lo solicitó al propio Lucifer, que accedió a cambio de que las almas de las personas que pasasen por debajo del arco fueran para él. 

Por eso, la magia de ese arco permanece en la tradición, que dice que si se pasa por debajo, incluso se puede pedir un deseo.

13. Saborear un adoquín de caramelo

El adoquín es el caramelo más famoso de Zaragoza y el souvenir estrella de la ciudad. Entre los más famosos de España y conocidos internacionalmente, son los típicos caramelos gigantes que se pueden tardar horas en comer. 

Su característica principal es su forma y la dureza, que hacen que sea un auténtico ladrillo de caramelo, difícil de partir. 

Estos curiosos dulces nacieron en la localidad de Calatayud, creados por la familia Caro, que también son los fabricantes de las tradicionales Frutas de Aragón, frutas confitadas bañadas en cobertura de chocolate negro. 

Se fabrican en los sabores tradicionales de naranja, fresa, limón y anís y su tamaño es muy variado. Desde los mini adoquines del tamaño de un Sugus, hasta el adoquinazo de 200 gramos que no cabe entero en la boca. 

Se pueden encontrar incluso de 5 kilos. Su colorido envoltorio también llama la atención. Los extremos recuerdan al cachirulo, el pañuelo típico de las fiestas del Pilar y los colores indican el sabor del caramelo que envuelven. 

En el centro del papel hay una imagen de la virgen del Pilar y, por dentro, van impresas las letras de tres jotas aragonesas, normalmente de aire cómico o romántico.

14. Maravillarse con la salvaje naturaleza del Monasterio de Piedra

El Monasterio de la Piedra

Situado en la localidad de Nuévalos, a poco más de 100 kilómetros de Zaragoza se encuentra este rincón mágico donde se mezclan rocas, cascadas, lagos y grutas naturales, con formas moldeadas durante siglos por la acción del río Piedra.

El lugar toma el nombre del famoso monasterio cisterciense fundado en 1194 junto a este parque natural. Las protagonistas del paisaje son las impresionantes cascadas. El río Piedra se precipita de muchas formas, creando espacios increíbles. 

Son cascadas como la del Baño de Diana, la Caprichosa, la Trinidad con tres majestuosos niveles de caída o los saltos de agua de los Vadillos, Fresnos Altos y Bajos. 

Pero, la estrella es la cascada de la Cola de Caballo, con una caída de 50 metros, que se puede conocer por el interior de una gruta mágica llena de formas caprichosas, la gruta gris. 

También son muy hermosos los lagos del Monasterio de Piedra, como el de los Patos, o el lago del Espejo, en el que se reflejan las rocas de los alrededores y según la leyenda habita el espíritu de una bella dama. 

No faltan increíbles grutas con estalactitas y espacios subterráneos únicos atravesados por un riachuelo de color eléctrico.

Excursión recomendada: Excursión al Monasterio de Piedra

15. Más cosas que hacer en Zaragoza: Seguir la interesante ruta del arte mudéjar

La arquitectura mudéjar es una fusión cultural entre Oriente y Occidente, ejemplo de la influencia entre diferentes culturas que convivieron en la Península. Supone la pervivencia de arte islámico en la España cristiana, fenómeno privativo de la cultura e historia españolas. 

Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por su “universalidad, singularidad y autenticidad”. Zaragoza es rica en arte mudéjar, caracterizado por el uso de materiales económicos como ladrillo, yeso, cerámica y madera. 

Se caracteriza por la construcción de elevadas torres que recuerdan a los minaretes musulmanas y la cerámica vidriada en la ornamentación, generalmente combinando tonos verdes y blancos. 

En la capital zaragozana hay una lista larga de estos restos mudéjares, como el Palacio de la Aljafería, la iglesia parroquial de San Pablo, con su torre octogonal con estructura inspirada en los alminares de las mezquitas o la parroquieta, cuyo muro anexo a la Seo está considerado una de las obras cumbre del mudéjar. 

Este mismo estilo se palpa en el ábside y cimborrio de la catedral. También destacan la Iglesia de la Magdalena, con su antigua torre mudéjar, la iglesia de San Gil, una de las primeras fundadas tras la Reconquista, o la de San Miguel.

16. Pasear por la ribera del Ebro

La celebración de la Exposición Internacional de 2008 supuso para Zaragoza la recuperación de las riberas del Ebro, hasta entonces muy abandonadas, así como sus aceras, avenidas y puentes. 

Las actuaciones sobre 18 kilómetros de ambas riberas convirtieron el Ebro en un entorno muy diferente, una moderna y limpia avenida con bellos jardines y espléndida iluminación por donde resulta encantador pasear. 

Atravesando el puente de Santiago podemos adentrarnos en la arboleda de Macanaz, un entorno natural desde donde se ve un espléndido atardecer con maravillosas vistas de la Seo y la Basílica del Pilar. 

Cerca del puente de Piedra, el más antiguo sobre el Ebro, encontramos el balcón de San Lázaro, donde se conservan los restos del antiguo convento de San Lázaro. 

Atravesando el puente de Hierro hacia la margen derecha veremos el Alma Mater Museum, espacio cultural instalado en un edificio histórico cuidadosamente restaurado. 

También es muy interesante la visita al Museo del Puerto Fluvial, situado a unos metros por debajo del nivel actual, que nos muestra lo que supuso la navegación del Ebro para Zaragoza. 

Otra herencia de la Expo 2008 fue el parque Luis Buñuel, un bonito laberinto de caminos y áreas botánicas muy variadas.

17. Descubrir las trazas modernistas del Mercado central

Qué hacer en Zaragoza; El Mercado Central

El Mercado central o de Lanuza, ubicado muy cerca de la plaza del Pilar, es un magnífico edificio neoclásico, uno de los pocos ejemplos que quedan de mercados modernistas de principios del XX. 

Construido con hierro y cristal, inspirado en el centro comercial Les Halles de París, tiene un diseño funcional y armonioso. Realizado con planta rectangular de tres naves, la más amplia y más alta es la central. 

Destacan sus dos fachadas modernistas con toques neoclásicos, mientras que las portadas representan elementos neoclásicos con retículas de forja. 

Se decidió su construcción en 1895, por la decisión de crear un mercado cubierto que sustituyera al que se hacía en la plaza. El arquitecto fue el aragonés Félix Navarro y fue inaugurado en 1903

Es un edificio de dos plantas, lleno de columnas y arcos, que merece la pena visitar. Por la noche, cuando la iluminación destaca su diseño, es un edificio precioso. Muy colorido y alegre, cuenta con más de 70 puestos de todo tipo. 

Además, es un punto de encuentro ciudadano, dotado con muchos puestos para disfrutar de tapas, dulces y alimentos típicos de la zona, en cuatro espacios gastronómicos.

18. Admirar las espectaculares bóvedas estrelladas de la Lonja de Zaragoza

Otro interesante ejemplo de arquitectura civil es la Lonja de Zaragoza, situada en la plaza del Pilar. A pesar de su nombre, nunca fue mercado. Se decidió en 1541 su construcción para los intercambios mercantiles, que hasta entonces se hacían en la Seo y otras iglesias. 

Para edificarlo se utilizó el ladrillo, habitual en la construcción aragonesa y se emplearon técnicas mudéjares. La Lonja es el primer edificio plenamente renacentista de la ciudad y la construcción civil más importante del siglo XVI en Aragón. 

De planta rectangular, sus fachadas, inspiradas en palacios italianos, se estructuran como si tuviera tres alturas, pero no refleja realmente el volumen interior, pues no es más que un piso único, con desván para almacén de armas de la ciudad. 

El proyecto original incluía una torre central que se acabó desestimando. 

En el interior, se extiende un gran salón con naves separadas por columnas anilladas, construidas con restos de las murallas romanas. La techumbre es una verdadera maravilla, con bóvedas estrelladas de crucería que cautivan la mirada. 

Actualmente, acoge exposiciones temporales de fotografía, pintura o escultura, que cambian cada dos o tres meses.

19. Revivir la trágica historia de los Sitios de Zaragoza

Los Sitios fueron un capítulo de la historia que dejó en Zaragoza una huella imperecedera, una muestra de resistencia heroica contra la invasión napoleónica entre 1808 y 1809. Sus huellas son todavía visibles, en una ruta llena de gran valor histórico. 

Tras dos sitios, Zaragoza capituló el 29 de febrero de 1809, pagando un alto precio, pues de 50.000 habitantes se quedó en apenas 13.000 y alrededor del 30% del casco urbano quedó dañado o arrasado. 

Los monasterios y conventos se usaron como improvisados fortines y algunos fueron destruidos. Lugar tan emblemático como la Aljafería sirvió como fortaleza y prisión y allí se firmó la capitulación ante los franceses. 

La basílica del Pilar también sufrió durante los Sitios. Su valor como símbolo enardeció a los zaragozanos y por eso fue especialmente bombardeada. Los impactos de artillería en paredes exteriores que dan al río son visibles. 

En la cripta, están enterrados personajes ilustres como el general Palafox. 

En definitiva, son muchos los lugares que evocan aquellos días, como la puerta del Carmen, el barrio de San Pablo, el puente de piedra, la calle del Asalto, la actual plaza de España, la plaza de los Sitios o el barrio de San Miguel.

20. Recorrer el recinto de la Expo 2008 y visitar el Parque del agua

A la Expo 2008, con el tema “Agua y desarrollo sostenible”, asistieron más de 104 países. Se instaló en un meandro del Ebro, al noroeste de Zaragoza, y supuso una gran transformación de la ciudad. 

Las riberas del Ebro pasaron de ser un espacio sin apenas utilidad a una zona verde con parques acuáticos, bares y restaurantes, una zona de expansión y diversión para todos los habitantes. 

Se creó, así, el Parque del Agua Luis Buñuel, de unas 120 hectáreas, dotado de playa fluvial, canales para navegar en canoa o kayak, circuitos de 5 y 10 kilómetros para el running, que combinan tierra y asfalto, y hasta una gran noria de 16 metros. 

Quedaron, además, construcciones que ahora son edificios emblemáticos, como la Torre del agua, con una planta inspirada en una gota de agua, que hace que el edificio varíe su aspecto según el punto desde donde se observa. 

También, el Pabellón Puente, que simula un gladiolo que apoya un extremo en la ribera derecha, mientras el otro se bifurca en tres tallos, apoyándose en la ribera izquierda. 

O el Pabellón de España, con su característico bosque de columnas de barro cocido, todo un ejemplo de arquitectura sostenible.

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