
Si tienes planificado un viaje a la bella capital de la República Checa, te propongo una pequeña selección de las muchas cosas que ver y hacer en Praga para que tu viaje sea de lo más completo. Praga nunca defrauda!!
Partida en dos por el río Moldava, Praga, la capital de la República Checa, parece sacada de un cuento medieval.
Buena cuenta de ello lo dan el puente de Carlos, que constituye una de sus imágenes más representativas, su castillo y el extenso catálogo de palacios, iglesias y torres, que, además, le han valido el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad.
Pero los encantos de la capital de la antigua Bohemia no se quedan en los citados. Tiene una gastronomía de diez, una vida nocturna vibrante, la calle más estrecha del mundo y la sinagoga más antigua en funcionamiento de Europa.
Realmente es una ciudad sorprendente que atrapa e invita a volver. Entre viajes de placer y bodas he visitado ya esta ciudad varias veces, y siempre sorprende con nuevos rincones por descubrir y cosas por hacer.
El que los vuelos destino a capitales europeas, al menos desde donde yo vivo en estos momentos (Bruselas), sean de los más baratos, y que todo es barato, desde alojamiento hasta los restaurantes, es un extra que motiva a visitarla repetidamente.
Lo primero que te recomiendo es que te hagas con la Prague CoolPass. Si además de callejear planeas visitar los principales atractivos turísticos te ahorrarás un buen dinerito.
También te pueden ser útiles estos itinerarios para que optimices tu tiempo en función de los días de los que dispongas:
35 planes imprescindibles que hacer en Praga
1. Free tour por Praga
Como en otras ciudades turísticas de Europa, también tienes a tu disposición varios free tours por Praga que te permitirán conocer la ciudad de la mano de un guía en español.
Más allá de la propina voluntaria con la que quieras retribuir al guía por su trabajo, son gratuitos.
También lo es este que te recomiendo, uno de los más populares en Europa, y que te llevará a conocer las zonas más importantes de la Ciudad Vieja y de Mala Strana.
Tienes varias opciones a lo largo del día, pero siempre es recomendable reservar con toda la antelación que puedas para asegurar tu plaza ya que los grupos son limitados. No te preocupes, podrás anularlo en cualquier momento si así lo deseas.
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2. Cruza el puente de Carlos

Este fotogénico puente, que comunica la Ciudad Pequeña –Malá Strana- con la Ciudad Vieja –Stare mesto-, es el más antiguo de cuantos salvan el curso del Moldava a su paso por Praga. Es, además, uno de los símbolos más reconocibles de la capital checa.
Su construcción comenzó durante el reinado de Carlos IV. Se dice que este rey era muy supersticioso, por eso quiso colocar él mismo la primera piedra del puente y en una fecha muy concreta: el 9 de julio de 1357 a las 05:31. La razón estriba en que tenía un significado para la astrología.
Desde el punto de vista arquitectónico, el puente es una auténtica maravilla. Está custodiado por una preciosa puerta gótica, que da acceso desde la Ciudad Vieja, a cuyos lados se levantan una torre románica y otra gótica.
Sus 500 metros de largo están decorados con treinta estatuas de santos, muchas de las cuales tienen su réplica en el Museo Nacional de Praga. La más significativa es la de San Juan de Nepomuceno, quien, tras ser arrojado al Moldava en 1393, fue santificado.
Según cuenta la leyenda, si pones la mano izquierda en la base de la estatua y pides un deseo, se cumplirá.
Sea como fuere, cruzar el puente y hacerse una foto, o muchas, es una de las cosas que hacer en Praga para llevarte un bonito recuerdo con una estampa de ensueño.
¿Has reservado ya tu alojamiento? Si no es así dedica unos minutos a leer el siguiente artículo: Dónde alojarse en Praga: las mejores zonas
3. Disfruta de las mejores vistas de Praga desde el monte Petrin
Se alza a 140 metros de altura, en Malá Strana en las proximidades del Castillo. Puedes subir a pie o en funicular.
Además de ser una zona de esparcimiento, donde los praguenses acuden a desconectar, también es el mejor mirador de Praga.
A sus zonas verdes y jardines, ideales para ir con niños, se le añaden algunos atractivos como la torre de Petrin. Tiene 60 metros de altura, es de hierro y su diseño recuerda a la Torre Eiffel de París.
Dispone de una terraza, que sitúa al visitante a 200 metros sobre la ciudad, brindándole una panorámica de lo más completa. Podrás apreciar perfectamente la Ciudad Vieja, el Moldava y el barrio de Malá Strana. Por la noche, con la ciudad iluminada, las vistas son incluso más bonitas.
A unos metros de la torre, se encuentra el Laberinto de los Espejos, así llamado porque las paredes del interior del edificio están cubiertas de espejos cóncavos y convexos.
Distorsionan la figura, proporcionando imágenes estrambóticas que convierten su visita en una experiencia divertida y singular.
4. Conoce más detalles sobre la historia de Praga en el Museo Nacional -Národní Muzeum-
Este museo, que se encuentra en un precioso edificio neorrenacentista. Aunque el exterior merece detenerse, lo más interesante está en el interior.
Alberga exposiciones que cubren desde la historia de Praga y alrededores desde la prehistoria hasta el año 1784. Sus exposiciones son muy variadas.
Entre ellas podemos encontrar exposiciones permanentes sobre zoología, paleontología, antropología y mineralogía checas, a las que se añaden otras como la de Prehistoria de Bohemia, Eslovaquia y Moravia y la de medallas y objetos decorativos procedentes de otros países europeos.
No obstante, las piezas más valiosas son las esculturas góticas de Parlér, los grupos escultóricos originales que estaban en el puente de San Carlos y los monumentos que se encontraron en las casas que se demolieron en el barrio judío durante su expulsión.
5. Contempla Praga a vista de pájaro desde la torre de la Pólvora
Ubicada junto a la entrada de la Ciudad Vieja, esta torre gótica, destaca por su llamativo tono ennegrecido adquirido por el pasar del tiempo. Era una de las trece puertas de entrada a la ciudad que formaban parte de las antiguas murallas.
Pero en el siglo XVII cambió su funcionalidad y se comenzó a usar para almacenar pólvora. De ahí su nombre.
Sube a lo alto de sus 65 metros de altura, desde donde podrás contemplar una panorámica del centro de Praga. Fotos excelentes garantizadas.
Como atractivo extra, en el interior hay una exposición sobre la historia de la ciudad y todas sus torres. Sin duda, una construcción que debes incluir en tu listado de cosas que ver en Praga.
6. Pasea por la plaza de la Ciudad Vieja
Se construyó en el siglo XII y, desde ese momento, se convirtió en el lugar de reunión de los praguenses y en un testigo de excepción de acontecimientos sumamente relevantes para la ciudad.
La preside la estatura de Juan Hus, el precursor de la Reforma Protestante en Praga. Lideró el movimiento husita, que acaparó numerosos seguidores por su lucha en contra de los abusos de la iglesia católica y por lo que acabaría siendo condenado a muerte.
En el suelo de la plaza también hay una inscripción que conmemora las 27 personalidades checas de fueron ejecutadas en 1621 y el meridiano de Praga, una pequeña “tira” de latón que es lo que queda de un reloj de sol.
Este reloj de sol estaba compuesto por la Columna Mariana. Cuando la sombra que proyectaba coincidía con el meridiano marcaba el mediodía.
En la plaza se alzan preciosas casas señoriales y algunos de los edificios más importantes y visitados de Praga como la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, la Casa gótica de la Campana de Piedra, la Iglesia de San Nicolás y el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, su gran joya.
7. Visita el museo del Puente de Carlos
Ubicado en la plaza de la Orden de los Caballeros de la Cruz, Krízovnické námestí, su exposición ocupa algunas salas del Hospital de los Cruzados y la iglesia del Espíritu Santo.
Como su nombre anticipa, gira en torno a la historia y evolución del puente, centrándose especialmente en la época en la que servía para el paso de los carruajes de los reyes.
8. El Castillo, una visita imprescindible que hacer en Praga

Esta construcción no solo es testigo de la historia de la ciudad, sino que con ella comienza su historia. Conforma un complejo junto con la catedral de San Vito, el Palacio Real, la basílica y el convento de San Jorge y las caballerizas, que ostenta el honor de ser uno de los más grandes del mundo.
También es uno de los más antiguos, pues se construyó en el siglo IX, y más valiosos, lo que le ha valido el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. Con tales méritos se perfila uno de los atractivos turísticos que ver en Praga imprescindibles.
Fue la residencia de los antiguos reyes de Bohemia, de los sucesivos emperadores del Sacro Imperio Romano y de los presidentes de la República Checa. De hecho, el actual tiene su despacho aquí. Para saber si está, basta con comprobar si la bandera que lo decora ondea.
Puedes visitar el Castillo por tu cuenta o unirte a una visita guiada. Y, buenas noticias, también puedes aprovechar un free tour por el Castillo.
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9. Acércate hasta el Monumento a las Víctimas del Comunismo
Se encuentra a los pies del monte Petrin, a la altura de la calle Vítězná, y es uno de los monumentos más significativos de la capital checa.
Está formada por seis estatuas que bajan por unas escaleras, cada una de las cuales va perdiendo partes del cuerpo a medida que desciende peldaños.
El escultor checo que la creó, Olbram Zoubek, quería expresar el sufrimiento de los presos durante la época comunista, así como la hambruna y la miseria que sufrieron el resto de los checos.
No estuvo exenta de controversias, pues carece de figuras femeninas y se colocó poco tiempo después de la caída del comunismo, hiriendo muchas sensibilidades.
10. Visita la iglesia de San Nicolás
Esta iglesia se alza en la plaza de la Ciudad Vieja, en la esquina noroeste, contribuyendo a su monumentalidad. Fue construida por los jesuítas en el siglo XVIII como símbolo de poder y es uno de los máximos exponentes del barroco.
Destaca su gigantesca cúpula cuya altura interior ostenta el honor de ser la más elevada del país. En el interior guarda un órgano del siglo XVII, que fue tocado por Mozart, preciosas esculturas y frescos que decoran la cúpula, los cuales representan la Santísima Trinidad y San Nicolás.
Está resguardada por una torre campanario de 55 metros de altura, desde donde las vistas de todo el barrio de Malá Strana son espectaculares.
11. Encuentra la iglesia de Nuestra Señora de Tyn
Se sitúa en la plaza de la Ciudad Vieja, en un patio detrás de varios edificios. Esta ubicación tan poco frecuente para un templo se debe a una razón muy simple: fue construida con posterioridad al resto de viviendas.
Sea como fuere, la arquitectura de esta iglesia llama la atención porque trae a la mente los antiguos torreones medievales. Destacan sus dos gigantescas torres espigadas de 80 metros de altura, que explican por qué a Praga también se la conoce como “la ciudad de las 100 torres”.
Si te detienes frente a ellas y las miras fijamente, verás que no son iguales. La de la derecha es más grande. No es un error de cálculo, sino un recurso asimétrico muy utilizado durante la época.
El interior, que es de estilo barroco tras la restauración a la que se sometió durante el siglo XVII debido a un incendio, guarda preciosas pinturas de Karel Škréta, que decoran el altar, y un órgano de 1673, lo que lo convierte en el más antiguo de la ciudad.
Aquí también se encuentra la tumba del astrónomo Tychon Brahe.
12. Pégate una buena fiesta
A pesar de ser una ciudad relativamente pequeña en comparación con otras capitales europeas, la noche de Praga está a la altura de cualquier ciudad europea.
Además de teatros y locales con espectáculos y conciertos, tendrás una enorme variedad de bares y discotecas entre los que elegir.
No hay zonas concretas donde salir de marcha, la oferta nocturna está repartida por varios barrios de la ciudad. Sin embargo, como turista no tendrás que ir muy lejos, el casco histórico concentra oferta más que de sobra para llenar tus noches.
Todos los que hemos explorado la noche praguense hemos acabado alguna vez en Karlovy Lazne, una discoteca de cinco plantas situada cerca del Puente de Carlos.
Otros nombres de referencia que puedes explorar son Sasazu, Lucerna Music Club, Roxy, Music Club Zlaty Strom, Ace Club o Duplex. Realmente la oferta es enorme.
13. Hazte una foto en la Casa Danzante

Esta casa, ubicada a orillas del Moldava, al otro lado del puente Jiráskuv, fue proyectada por Frank Gehry en los años noventa. Es una de las más sorprendentes y llamativas de Praga, ya que está formada por dos edificios entrelazados que parecen estar bailando.
Uno de ellos es una torre de cristal. El otro destaca por sus formas curvas y sus ventanas desordenadas. Sin duda, una joya del deconstructivismo, que exige parar a tomarse una foto.
14. Adéntrate en la historia de Praga en el museo del Comunismo
Este museo constituye una excelente oportunidad para conocer más detalles sobre la historia de la República Checa.
Su exposición se centra en el siglo XX, en concreto desde la instauración del régimen comunista hasta la Revolución de Terciopelo en 1989, que supuso su caída. Grosso modo, se divide en tres secciones.
La primera se centra en el nacimiento de Checoslovaquia, el Acuerdo de Múnich y el Golpe de Praga, conocido como el Febrero Victorioso, que hace referencia al ascenso del Partido Comunista al gobierno de Checoslovaquia el 25 de febrero de 1948.
La segunda versa sobre la propaganda que los comunistas difundieron para legitimizar el movimiento.
La tercera muestra las consecuencias que tuvo la invasión soviética, es decir, juicios políticos, campos de trabajo forzado y, finalmente, la Revolución de Terciopelo, que supuso la desaparición del comunismo y la instauración de la democracia.
15. Sumérgete en la historia de Praga y la opulencia de los reyes en el Palacio Real
El Palacio Real, que forma parte del complejo del castillo, fue la residencia oficial de reyes y príncipes hasta el siglo XVI. Cada uno fue adaptándolo a sus gustos y necesidades, lo que explica su riqueza y diversidad decorativa.
De todas las estancias, la más llamativa es la Sala Vladislav, pues está coronada por una gigantesca bóveda gótica y decorada por magníficas vidrieras. Se usaba para acoger la coronación de los nuevos reyes, la celebración de banquetes oficiales, bailes y las justas de los caballeros.
Estos accedían al salón a lomos de sus caballos por las Escaleras de los Jinetes, construidas especialmente para ellos.
En la actualidad, dicha sala acoge la celebración de las elecciones del presidente de la República Checa, así como las reuniones que se celebran en días importantes y señalados para Praga.
También tiene interés la Sala de la Dieta, pues atesora una colección de cuadros de los pretéritos reyes de Bohemia.
El palacio también cuenta con su propio templo religioso, la iglesia de Todos los Santos. Se construyó durante el reinado de Carlos IV, y guarda los restos de San Procopio.
Frente a la fachada principal tiene lugar el cambio de guardia, que se ha convertido en una de las ceremonias que más curiosos congrega.
Aunque no es tan ostentosa como la de Londres merece la pena verla. Se hace cada día a las doce de la mañana, amenizado por una banda de música militar.
Pero también a cada hora en punto hay un cambio de guardia de los centinelas en los portales de los accesos al castillo.
Seguro que te interesa conocer al detalle la siguiente información: Cómo ir del aeropuerto de Praga al centro
16. Pasea por el Callejón de Oro y busca la casa de Kafka

Esta pequeña calle, que forma parte del callejero del complejo del castillo, es una de las más curiosas y bonitas. Está compuesta por hileras de pequeñas casas de colores de estilo manierista, que sirvieron de hogar para los guardianes del castillo.
Posteriormente, las ocuparon el gremio de los orfebres, quienes las reformaron para adaptarlas a su modo de vida.
En el siglo XX las casas pasaron a manos de particulares, quienes las convirtieron en tiendas de artesanía, de armas medievales, armaduras y productos típicos de Bohemia, especialmente cristal, marionetas.
Sin embargo, por lo que es famosa esta coqueta calle es porque en el número 22 se encuentra la casa de Franz Kafka, uno de los escritores checos más reconocidos, cuya obra es una de las más influyentes de la literatura del siglo XX.
17. Visita el campo de concentración de Terezin
La población judía del país fue duramente perseguida durante la dominación nazi. Terezín, situado a poco más de 60 km de Praga, es testigo de los horrores perpetrados durante esta época. Su visita, es una de las excursiones desde Praga más populares.
La visita te llevará a conocer el campo de concentración y el calvario que vivió allí la comunidad judía. Visitarás sitios como la oficina de registro, los patios de celdas, el paredón de fusilamiento, la morgue, los cementerios etc.
También tendrás tiempo para visitar el Museo del Gueto.
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18. El Clementinum, debe figurar en tu lista de visitas que hacer en Praga
Tras ser la sede la Universidad de Carlos, el edificio pasó a manos de los jesuitas, quienes, durante los doscientos años que la ocuparon, construyeron diferentes edificios anejos hasta formar el complejo que es en la actualidad.
Con su expulsión en el siglo XVII, el edificio pasó a ser una biblioteca imperial y, posteriormente, la sede de la Biblioteca Nacional.
Con frecuencia, organiza conciertos de música clásica y órgano. Así que si eres un apasionado de este tipo de música, visitarlo es una de las cosas que hacer en Praga más recomendables.
La visita al interior del Clementinum puede hacerse en tres partes. Primero, la Capilla de los Espejos, así llamada por los espejos que cubren el techo y las paredes.
Lo más relevante de esta es el magnífico órgano del siglo XVII, que fue tocado por Mozart durante su visita a la ciudad en el siglo XVIII.
En segundo lugar, la Biblioteca, que es la joya del complejo.
Luce una decoración barroca, en la que destacan los impresionantes frescos de Jan Hiebl que cubren el techo y las gigantescas estanterías en las que se guardan los más de 20.000 ejemplares que atesora, entre los que se encuentran una antiquísima colección de manuscritos.
Su luz ambiental tenue crea un ambiente de lo más evocador que te sumergirá de lleno en siglos pasados.
Por último, la torre astronómica. Recibe este nombre porque se utilizó para la observación astronómica durante el siglo XVII. Su altura de 70 metros lo convierte en un excelente mirador del castillo y del corazón de la ciudad.
A lo largo del camino de subida, se sitúa la Sala de los Meridianos, que contiene dos gigantescos cuadrantes, cuya función era indicar las horas del mediodía en Praga.
El edificio está dotado de cinco patios, cuyas paredes lucen relojes de sol creados por Valentín Stansel, que está considerado uno de los mejores astrónomos de la época.
19. Saborea la cocina tradicional de Praga

Desde luego, la mejor forma de conocer una ciudad es saboreando sus platos típicos. La gastronomía praguense es contundente y abundan los platos calientes para hacer frente a las bajas temperaturas invernales de centro Europa.
El plato más tradicional es el goulash, un estofado de carne con vegetales y especias del que puedes encontrar numerosas versiones.
También son muy populares en su recetario las sopas ceská bramborová y kulajda y el vepřo knedlo zelo, lomo de cerdo asado en salsa de cebolla acompañado de chucrut.
Dentro de la carta repostera, el más tradicional es el palačinky, una crepe rellena de helado, fruta asada o mermelada, que sabe mucho mejor acompañado de zumo de ciruela.
Si eres un amante de la cerveza, estás de suerte porque en Praga tienen mucha tradición. La más consumida es la Pilsner Urquell. Además, cada bar suele tener la suya propia, que elaboran con técnicas artesanales.
20. Encuentra la calle más pequeña del mundo en la isla de Kampa
Justo debajo del puente de Carlos, entre el Moldava y el riachuelo Čertovka, se encuentra este pequeño oasis de paz, que además rebosa encanto por doquier.
Antiguamente, era una zona de huertas y molinos de viento, de los que se conservan algunos, como el molino Gran Prior, que se extienden a lo largo del canal que lo cruza, conocido entre los locales como el «canal del Diablo».
Pero este rincón también cuenta con otros lugares que merecen estar dentro de tu lista de cosas que ver en Praga como el puente de los Candados, también conocido como el puente del Amor.
Debe su nombre a los numerosos candados que las parejas han colgado en su estructura a lo largo de los años como muestra de amor.
En este pequeño barrio también se encuentra la calle más estrecha del mundo, Vinarna Certovka. Únicamente cabe un peatón, lo que ha obligado a regular el paso con un semáforo.
No muy lejos, se encuentra el muro de John Lennon, con el que se homenajea al artista.
Aquí también se encuentran los museos Kafka, consagrado al escritor checo, y Kampa, dedicado a las obras de artistas checos contemporáneos.
21. Descubre la Casa Municipal, el lugar donde se proclamó la independencia de Checoslovaquia
Ubicada junto a la torre de la Pólvora, es uno de los máximos exponentes del art nouveau en Praga y un testigo de excepción de la independencia de la antigua Checoslovaquia en 1918, uno de los acontecimientos más importantes de la historia del país.
Su fachada, cuyo color claro contrasta con el tono ennegrecido de la torre de la Pólvora, es una maravilla por su decoración.
Luce elementos neorrenacentistas, barrocos e incluso orientales, siendo especialmente llamativos las estatuas, los estucos y el mosaico circular que la preside.
En el interior se encuentra el Salón Smetana, la sala de conciertos más importante de la capital checa, que está coronada con una espectacular cúpula de cristal.
En el interior también hay dos restaurantes, uno de ellos francés y cafeterías, donde puedes aprovechar para hacer un alto en el camino y reponer fuerzas en un marco histórico inigualable.
22. No te pierdas el cambio de hora del Reloj Astronómico

Este reloj medieval que preside el edificio del Ayuntamiento, situado en la plaza de la Ciudad Vieja, es uno de los más famosos del mundo y el icono por excelencia de Praga.
Lo construyó en 1410 el maestro relojero Hanus, quien hizo un trabajo tan perfecto, que decidieron cegarlo para que no replicara su creación nunca más en ningún otro lugar.
De hecho, la única vez que se ha parado fue en 2002, año en el que, casualidad o no, el Moldava se desbordó, causando las mayores inundaciones que la capital checa ha sufrido a lo largo de su historia.
Dejando a un lado las curiosidades, es innegable que el reloj es una auténtica obra maestra. Es capaz de marcar cinco momentos en el tiempo: la hora en Praga, las horas después del amanecer en Bohemia, las horas desiguales, el tiempo entre el amanecer y el atardecer y la localización del sol.
Está dividido en tres partes. La primera, la esfera interior, contiene los meses del año y un anillo zodiacal. La segunda es la esfera superior, que representa las órbitas del sol y la luna.
A ambos lados del reloj hay dos grupos de estatuas, tres de las cuales simbolizan tres pecados capitales: la avaricia, la vanidad y la lujuria. Al otro lado hay un esqueleto que representa la muerte.
Pero el centro de atención está en las ventanas de la parte superior, de las que salen los doce apóstoles cada 60 minutos, justo después de que el esqueleto haya tocado la campana.
El teatrillo culmina con el canto del gallo, que es el encargado final de anunciar la nueva hora. Es un espectáculo que congrega cada hora un buen número de locales y visitantes y que te aconsejo incluir en tu listado de cosas que ver en Praga.
La mejor forma de poner el broche de oro a la visita a este icono nacional es subiendo a lo alto de la torre del reloj. Disfrutarás de unas vistas impagables al centro.
23. Prueba la cerveza artesanal de U Fleku, la cervecería más antigua de Praga
Situada muy cerca de la Casa Danzante, es la cervecería más vetusta de la capital checa con más de 500 años de tradición.
Además, es la dirección de referencia para saborear cerveza checa, en especial la variedad negra Flek 13, que se caracteriza por ser totalmente natural y elaborarse con ingredientes nacionales.
Aunque también sirven platos tradicionales checos y otras bebidas típicas como el becherovka, un licor de hierbas local.
Dispone de enormes mesas de madera alargadas, por las que van pasando músicos, ataviados con trajes locales, que tocan música tradicional, creando un ambiente muy checo.
Incluso cuenta con un museo de la cerveza, que permite ver el proceso de fabricación de esta bebida.
24. Visita el monasterio de Strahov
Es uno de los edificios imprescindibles que ver en Praga especialmente si eres un amante del arte. La razón estriba en que contiene una de las pinacotecas más valiosas de toda Europa central, la pinacoteca de Strahov.
Contiene una extensa colección centrada en el arte de la época rudolfina, el gótico, el barroco y el rococó.
Sin olvidarnos de las salas Filosófica y Teológica, cuya decoración trae a la mente la que se encuentra en el Clememtium. Ambas conforman una biblioteca, que custodia un extraordinario fondo de manuscritos e ilustraciones medievales, así como numerosos globos terráqueos.
Dispone de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de la Virgen María, que destaca por albergar en su interior los restos de San Norberto, fundador de la orden religiosa mostense, y un órgano que tocó Mozart durante su visita a la ciudad.
Como atractivo extra, tiene una pequeña exposición zoológica, donde podrás ver todo tipo de animales disecados.
25. Pasea por la plaza de San Wenceslao, el corazón de la Ciudad Nueva

Esta plaza, que ejerce de centro de la Ciudad Nueva, destaca por presentar una forma diferente a la que suelen tener el resto de las plazas al ser rectangular, recordando más a una avenida.
Debe su nombre Wenceslao, que es el patrón de la ciudad. De hecho, preside la plaza una gigantesca estatua en bronce de este, al que se le representa a lomos de un caballo.
Durante el siglo XIV fue la sede de un enorme mercado de caballos, que atraía a gentes de todas partes.
Hoy el ambiente y la estética de esta plaza ha cambiado por completo al estar rodeada de modernos edificios, la mayoría hoteles, tiendas de moda y restaurantes, el Museo Nacional y el palacio de Lucerna, que alberga unos fantásticos cines art nouveau.
Es uno de los puntos más transitados y con más ambiente de Praga. Su visita es una de las cosas que hacer en Praga que no debes dejar de lado.
26. Visita el Cementerio judío
Está en el barrio judío -Josejov- y es uno de los máximos exponentes del legado de esta comunidad y su agitada historia, marcada por las continuas expulsiones, persecuciones y condenas.
Aunque el cementerio no es como otros europeos, en los que la disposición y la ornamentación de las tumbas crean espacios monumentales y rebosantes de arte, su visita es una de las cosas que hacer en Praga para quienes quieren profundizar en la historia de la ciudad. Al fin y al cabo, esta comunidad ha estado muy presente en su historia.
Lo primero que llama la atención es la disposición de las lápidas, pues están apiladas unas sobre otras sin ningún criterio de ordenación, entre cuyos huecos crece la vegetación salvaje.
Esto se debe a que los judíos tenían como norma conservar las tumbas antiguas, a lo que se añade que no se les permitió enterrar en ninguna otra parte más durante trescientos años.
Así que, en algunas partes del cementerio, se llegaron a alcanzar hasta doce niveles. Actualmente, se conservan más de 12.000 y se estima que en él yacen más de 100.000 personas.
Aquí descansan los restos de personalidades importantes como David Gans, un astrónomo judío, cuya tumba se decoró por primera vez con la estrella de David, el símbolo de esta comunidad.
También aquí descansa el rabino Judah Loew, filósofo judío al que se atribuye la invención de la leyenda del Golem, que es muy popular en la cultura praguense.
27. El teatro negro, algo que hacer en Praga si te gustan las artes escénicas
El teatro negro es un tipo de representación muda, que se hace sobre un escenario en el que se emplean luz negra y objetos luminiscentes concretos, que se van iluminando aleatoriamente para centrar la atención del espectador en el movimiento de los actores, que siempre van vestidos de negro.
Aunque se hace en muchos países, este tipo de escenificación nació en Praga en los años 50, siendo uno de los espectáculos más populares a día de hoy.
Así que si tienes inquietudes culturales y te apetece disfrutar de una función curiosa, te recomiendo incluirlo en tu lista de cosas que ver en Praga.
Hay numerosos teatros donde puedes verlo y un extenso catálogo de obras. Una de las más clásicas y populares es Aspects of Alice, que se representa en Ta Fantastika. Se centra en la transición de la niñez a la adolescencia de Alicia tras abandonar el País de las Maravillas.
Otro lugar popular es el Teatro Image que ofrece una exitosa representación que lleva en cartelera nada menos que 30 años.
>>> Espectáculo de teatro negro <<<
28. Recorre las sinagogas judías y sumérgete en el pasado y la cultura judías
Se encuentran en el corazón del barrio judío Josejov y constituyen un testigo de excepción de la historia y la cultura de los judíos. Se conservan en perfecto estado y se pueden visitar, cada una de las cuales tiene su atractivo.
La más popular es la sinagoga Pinkas, en cuyas paredes están grabados los nombres de los casi 80.000 judíos checos que fueron asesinados en el Holocausto; el epitafio más extenso del mundo.
También muestra una emotiva colección de dibujos hechos por los niños que estuvieron presos en los campos de concentración, especialmente en Terezin, que se encuentra a pocos kilómetros de Praga.
La sinagoga Española despunta por la profusión decorativa de su interior, con elementos moriscos que traen a la mente la Alhambra de Granada. Contiene una exposición sobre la vida y la cultura de los moriscos en los últimos siglos.
En Klausen, ubicada justo a la salida del cementerio, podrás ver una completa exposición de textos hebreos y dibujos creados por los niños en los campos de concentración.
Por su parte, la sinagoga Maisel muestra un exterior poco atractivo. Pero su interior acoge parte del Museo Judío, que expone numerosos libros, joyas y objetos relacionados con la vida diaria de los judíos del barrio.
La sinagoga Alta también incluye exposiciones que forman parte del museo Judío. La segunda planta expone una colección de telas, cortinas y objetos de plata; la baja tiene una tienda de recuerdos.
Por último la sinagoga Vieja-Nueva es la más antigua en funcionamiento de Europa y la primera de estilo gótico en Praga. Actualmente, tiene una interesante colección de objetos religiosos relacionados con el culto judío.
Si no tienes tiempo de visitar todas y te ves obligado a elegir, opta por visitar las sinagogas Nueva-Vieja y la Española.
29. Disfruta de un concierto de música en la Ópera Estatal Národní Divadlo
Este teatro renacentista, que se encuentra en el margen derecho del río Moldava, es uno de los lugares que ver en Praga imprescindibles para los amantes del ballet y la ópera.
Construido en 1888, se remodeló en los años 80, pero se conservaron algunos elementos originales de su interior, como los estucos dorados, los terciopelos rojos y los candelabros, y el friso neoclásico de la fachada exterior, que muestra a Dionisos y la musa Talía.
Es frecuente ver en su programación obras tan reconocidas como Turandot, Nabucco, La Traviata o Carmen.
Si no tienes interés en ver algún concierto, que, dicho sea de paso, son bastante económicos, y quieres conocer el interior, puedes hacer un tour guiado por sus instalaciones.
30. Haz un crucero por el Moldava

El Moldava es el río más largo del país y cruza en su recorrido Praga, dándole personalidad y belleza. Recorrerlo en barco es toda una experiencia que te permitirá conocer la capital checa desde otra perspectiva.
Tienes la posibilidad de elegir un crucero diurno o un crucero nocturno con música ambiental y cena. Aunque cada uno tiene su encanto, lo cierto es que el segundo es mucho más evocador, pues permite ver los principales monumentos iluminados.
La mayoría parten de los embarcaderos de la Ciudad Vieja, a los que se llega a pie desde la plaza de la Ciudad Vieja. Suelen salir todos los días de la semana.
31. Disfruta del art nouveau en el museo Mucha
Este museo, que se encuentra en el interior del palacio del siglo XVIII Kaunicky, en la Ciudad Vieja, guarda en su interior las obras realizadas por Alphonse Mucha, uno de los máximos exponentes del art nouveau en Praga y Europa.
Tanto es así que algunos de los edificios más importantes de la ciudad son obra suya, siendo especialmente destacadas las vidrieras de la catedral de San Vito y la Casa Municipal.
El museo expone sus obras: libros de bocetos, paneles decorativos, pinturas al óleo… Se reparten en cinco salas, cada una de las cuales se centra en una etapa de la vida del artista. Cobra especial protagonismo la época en la que estuvo en París, donde creó sus obras más importantes.
Los más destacados son los carteles, en concreto los que creó para la actriz parisina Sarah Bernhardt. Aunque también son muy populares Gismonda, Hamlet, La Dama de las Camelias y Medea.
32. Una noche especial con cena y concierto en el Grand Hotel de Bohemia
Para quienes busquen una velada especial en un sitio incomparable con una buena cena amenizada con un concierto de música clásica podéis echar un vistazo a esta propuesta que incluye cena y concierto de Mozart en el Grand Hotel de Bohemia.
Organizarte una cena así por tu cuenta con la barrera del idioma no siempre es fácil. Esta propuesta te lo facilita todo. En mi opinión el precio está bastante bien teniendo en cuenta la espectacularidad del sitio, la cena, y el concierto. Sin duda, toda una experiencia.
33. Excursión a Karlovy Vary
Karlovy Vary es una de las ciudades más visitadas de la República Checa. Famosa por sus balnearios, tiene un rico patrimonio monumental y una belleza que atrae a un gran número de visitantes.
Puedes visitarla en una excursión de un día y visitar lugares tan imprescindibles como la sede de los Caballeros de Malta, la Casa Mozart, sus baños termales y otros. Además, después de la visita guiada tendrás varias horas para recorrer la ciudad a tu aire y tomar las fotos que quieras.
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34. Visita la catedral de Praga, otro atractivo imprescindible que ver en Praga
La catedral de San Vito es uno de los tesoros del patrimonio praguense y no puede tener mejor ubicación: el complejo del castillo.
De estilo gótico, comenzó a construirse durante el reinado de Juan de Luxemburgo, en 1344, si bien es cierto que no se terminó hasta seiscientos años después. Hoy es el símbolo espiritual por excelencia de los checos.
Aunque su fachada tiene una gran riqueza decorativa, merece la pena centrar la atención en su interior, pues guarda maravillas como la capilla de San Wenceslao, que custodia la tumba de San Wenceslao “el rey bueno”.
Luce una ornamentación muy llamativa, en la que destacan las piedras semipreciosas y las pinturas.
Otros espacios destacados son la cámara de la corona, cuya función es guardar las joyas que se usaban en las ceremonias de coronación. Además, era el lugar de coronación de los antiguos reyes de Bohemios.
La catedral está custodiada por dos elevadas torres. Se puede subir a la cumbre por las empinadas y estrechas torres de caracol que las integran, y disfrutar de bonitas vistas de Praga.
35. Desconecta en los jardines barrocos de Vrtba
Estos jardines, que están muy próximos a la plaza de Malá Strana, muy cerca de la Ciudad Pequeña, pueden presumir de ser unos de los más bonitos de Praga. Tanto es así que son los más escogidos para hacer las fotos de bodas y otras ceremonias.
Son de estilo barroco, y fueron diseñados por František Maxmilián Kaňka durante el siglo XVIII. Están sobre una colina y distribuidos en terrazas, por lo que la parte más alta regala bonitas vistas de Praga.
En estos jardines están muy presentes los elementos mitológicos, como buena cuenta de ello lo dan la escultura de Hércules en el arco de entrada o las estatuas de los dioses Apolo, Minerva, Juno o Marte que se reparten por las distintas terrazas.
El pabellón por el que se accede incluye la Sala Terrena, que destaca por estar decorada con preciosos frescos sobre Baco.
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