
¿Tenerife en 7 días? Por supuesto que sí. Si te organizas bien una semana en Tenerife es el tiempo justo para ver lo más significativo, para ver todos los ambientes combinando playa, naturaleza, visitas culturales y, lo más importante, para darse la oportunidad de empezar a entender cómo viven la vida los tinerfeños.
Tenerife es una destino de viaje muy popular en Canarias, para el turismo nacional español, por supuesto que para el internacional, británicos y alemanes, sobre todo, y para los propios canarios de otras islas.
‘Tocar’ el Teide, aunque sea desde su base en el Valle de Ucanca y tocar, ahora sí, sin comillas, el trono de la Virgen de la Candelaria son dos experiencias de la identidad colectiva de los canarios que hay que vivirlas en persona. Al menos una vez en la vida.
Tenerife le ofrece al viajero una equilibrada combinación de lugares con encanto formada por playas, montañas, bosques y enclaves urbanos históricos capaces de despertar y satisfacer cualquier interés personal.
El plan para visitar Tenerife en una semana a fondo que te propongo se puede completar con un coche de alquiler. Es sin dudas la mejor manera para moverse en Tenerife.
También resulta asequible si eliminas algunas paradas menores con combinaciones de transporte público, con los autobuses de la red de la compañía Titsa, con el uso del tranvía para moverse entre Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna y con desplazamientos cortos en taxi entre pueblos y urbanizaciones turísticas.
Si no dispones de vehículo propio, alquilar un coche es una de las mejores cosas que puedes hacer para visitar la isla. Es sin duda la mejor manera para conocerla a fondo ya que maximizarás tu tiempo sin esperas de buses y podrás moverte a tu aire.
A modo de resumen, estos son los recorridos y las visitas que te propongo en este itinerario para visitar Tenerife en 7 días para cada uno de los días:
- Primer día. Santa Cruz de Tenerife y Las Teresitas
- Segundo día. La Laguna y el Parque Natural de Anaga
- Tercer día: La Orotava, San Juan de la Rambla, y el Puerto de la Cruz
- Cuarto día. Icod de los Vinos y su drago, Garachico, Teno y Masca
- Qinto día. Playas del oeste, suroeste y sur
- Sexto día. Sureste y este de la isla
- Séptimo día: Parque Nacional del Teide
Itinerario para visitar Tenerife en 7 días
Vamos con las recomendaciones para explorar Tenerife en siete días, día a día:
Día 1. Santa Cruz de Tenerife y la playa de las Teresitas.
Empezamos esta ruta de siete días en Tenerife. El primer día de lo que se trata es de conocer parte del noreste de la isla de Tenerife, sin acercarse a Anaga, porque esta zona natural merece un tiempo dedicado que reservamos para el segundo día.
Santa Cruz de Tenerife. La isla de Tenerife tiene una población que supera el millón de habitantes y el único sitio donde parece que la isla está realmente poblada es en su capital.
De hecho, más de un tercio de tinerfeños viven en Santa Cruz y la histórica La Laguna. Ciudad que, además de ser Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, mantiene una relación chocante en todos los sentidos con Santa Cruz.
Si se quiere simplificar el día y las visitas, o no tienes tiempo suficiente para visitar las dos ciudades, el recorrido por la capital de la isla puede eliminarse de la lista en favor de la monumental La Laguna.
Pero, si se elige ver la capital ¿qué se recomienda ver en Santa Cruz de Tenerife? Hay que conocer al menos el exterior del Auditorio de Santa Cruz de Tenerife, una genialidad del arquitecto Calatrava.
Hay que ver el Auditorio en el contexto del Parque del Cabo y, si se quiere, ampliar el itinerario incluyendo el vecino Palmetum del Parque Marítimo César Manrique espacio botánico especializado en palmeras.
También vale la pena darse un paseo por el parque García Sanabria, y recorrer la calle Castillo, la más comercial de la capital tinerfeña.
Cerca de la calle Castillo está el Mercado Municipal de Nuestra Señora de África, donde se puede ver la mejor representación de productos del campo locales. Cierra los lunes y de martes a viernes está abierto sólo hasta las 14.00 horas.
Más. Para disfrutar del sol y abrir boca con el Atlántico, hay que acercarse a la playa más popular de Santa Cruz, la de las Teresitas. Se trata de una playa artificial creada en la década de 1970 con arena procedente del Sahara.
Es sin dudas una de las mejores playas de Tenerife. Si vas con coche y te da tiempo pasa por ella a darte un chapuzón.
Sus aguas suelen estar bastante en calma gracias a las escolleras que impiden que las corrientes se lleven la preciada arena. Buenas conexiones con autobús desde Santa Cruz que está a unos diez kilómetros. En verano, la playa suele ser el centro de eventos musicales.
Si todavía no tienes claro en qué zona de Tenerife te conviene alojarte echa un vistazo a este artículo: Dónde alojarse en Tenerife
Día 2. San Cristóbal de La Laguna y el Macizo de Anaga.

El segundo día puedes repartirte la jornada entre una visita a La Laguna y el macizo de Anaga. Si te organzias bien podrás hacerlo.
La Laguna es una ciudad universitaria llena de historia. Fue capital de la isla hasta que Santa Cruz la desplazó por la ventaja de su puerto.
En La Laguna, hay que ver sus iglesias y sus ermitas. Las de la Plaza del Adelantado, sí, pero con la recomendación de dar un salto al cercano Santuario del Cristo donde se venera una talla de Jesús de gran devoción.
En la lista de visitas, hay que dejar espacio también para los museos locales. Los dos más destacados: el de la Ciencia y el Cosmos y el de la Historia y Antropología en dos sedes, en la Casa Carta y en la de Lercaro. Dos buenas oportunidades, éstas últimas, para admirar desde dentro la arquitectura tradicional de Canarias.
También merece la pena ver la iglesia de la Concepción y la Catedral de los Remedios, más por sus festividades o en Semana Santa. Si se tiene tiempo, un consejo extra: perderse entre los puestos del mercado municipal lagunero.
La Laguna se visita a gusto al ritmo de cada uno, pero si te gusta que te expliquen la historia y las anécdotas del lugar puedes unirte a una visita guiada. Son muy económicas.
Dos lugares para comer también con mucho encanto canario: el Bodegón Tocuyo, en Juan de Vera, 16 (tapas y vino local) y el restaurante Guaydil que ofrece comida tradicional canaria (con buenas raciones).

Anaga es una cordillera montañosa situada en el noreste de Tenerife. Forma parte de las zonas geológicamente más antiguas de la isla, apenas supera los mil metros de altura en un par de puntos y tiene dos vertientes sobre las que se abren barrancos muy encajados.
La parte alta de Anaga está dominada por bosquetes de laurisilva y el territorio, extraordinariamente rico en biodiversidad, está recorrido por una vasta red de senderos que en otro tiempo fueron caminos de herradura que servían para unir tierras de labor y núcleos diseminados de población.
En algunos de esos pequeños núcleos habitados hay restaurantes familiares en los que se puede comer al estilo canario y por poco dinero. Toda una experiencia natural muy cerca de La Laguna y de Santa Cruz.
Para conocer el entorno, lo mejor es acudir al Centro de Visitantes de la Cruz del Carmen con un mirador desde el que, en días claros, se puede ver el Pico Teide y la cercana isla de Gran Canaria. Desde el Centro de visitantes salen rutas guiadas de senderismo por el Parque Rural de Anaga.
En la zona de Anaga, puestos a seleccionar tres núcleos con interés, nos quedamos con Taganana, Benijo (con su playa salvaje) y Carboneras. Se trata de los barrios más auténticos de Anaga.
En Benijo, se puede parar a comer en el restaurante El Mirador para disfrutar de un plato de costillas con una guarnición de papas arrugadas al estilo canario. En Carboneras, las vistas del paisaje circundante son el plato fuerte.
Día 3. La Orotava y el Puerto de la Cruz.
Estas dos ciudades combinan muy bien en una visita de 1 día ya que están muy cerca. Vale la pena que empieces por la Orotava, y después le dediques el resto del día al Puerto de la Cruz
La Orotava es una localidad también del centro y del norte de la isla de Tenerife que está situada más al interior, sobre la montaña, justo sobre la costa del Puerto de la Cruz.
La Orotava extiende sus calles sobre una larga ladera en el centro de un arco natural montañoso y cerrado por el lado norte que por un motivo inexplicable se le denominó desde muy antiguo como valle cuando, sólo con verlo, se ve que no lo es.
En realidad, el lugar aparentemente excavado sobre la pendiente es lo que queda de un descomunal deslizamiento de tierras producido por algunas de las erupciones del área del Teide que fueron acompañadas de terremotos. Sobre las extensas laderas se cultivaron viñedos desde el siglo XVI que se exportaron fundamentalmente a Gran Bretaña.
De la riqueza de aquellos tiempos y los que vinieron después con el desarrollo agrícola de la zona bajo el monocultivo del plátano son los conjuntos arquitectónicos de su casco histórico. De iglesias y de casonas urbanas que hoy son joyas de la arquitectura canaria.
Un lugar muy turístico, pero representativo de esas grandes viviendas urbanas canarias de Tenerife con patio es la Casa de los Balcones donde el viajero puede comprar recuerdos de viaje.
No lejos de la localidad de La Orotava, y en la ruta que nos lleva por el norte de la isla, hay que hacer parada en San Juan de la Rambla, junto a la carretera general. Sólo sea por callejear entre las casas de un pueblo apretado desde antiguo sobre una loma. Su estampa tiene mucho encanto

El Puerto de la Cruz es un enclave costero turístico y residencial que está situado en el centro norte de la isla de Tenerife. La urbanización turística se ordena alrededor de sus playas de arena negra volcánica y de bajas de rocas y acantilados.
Sobre los rompientes del frente de costa de la zona central se construyó en la década de 1970 un área de piscinas llenas de agua de mar que forman el Lago Martiánez y es uno de los atractivos más populares del Puerto de la Cruz.
En la parte antigua de este puerto desde el que históricamente se exportó el vino tinerfeño del norte de la isla, se puede ver el viejo malecón. En la Casa de la Aduana, hay que ver el Museo de Arte Contemporáneo.
En el trayecto por carretera de La Laguna a al Puerto de la Cruz, se recomienda parar en El Sauzal para visitar la Casa del Vino de Tenerife. En ella, se puede conocer la historia de los vinos de Tenerife, el estado de las últimas añadas y degustar y comprar botellas de vino para regalar, y, mejor, para llevar a casa de vuelta del viaje.
En la isla de Tenerife se cultivan más de una treintena de variedades de uva y la extraordinaria calidad de los vinos es el resultado de una rica mineralización que acompaña a los suelos de origen volcánico como los de la isla.
Jardín Botánico de La Orotava. Se trata de un huerto construido en el siglo XVIII como jardín que tenía una finalidad estratégica. El jardín iba a ser el lugar en el que se debían aclimatar especies vegetales de aprovechamiento humano procedentes de la América Española y que tenían como destino Europa.
Se creía falsamente que algunas variedades tropicales vegetales potencialmente comestibles de América podrían adaptarse al cultivo en Europa tras un periodo de aclimatación.
El jardín botánico es relativamente pequeño pero como consecuencia del clima subtropical de Tenerife le ofrece al visitante una colección de variedades vegetales al aire libre imposibles de ver en Europa fuera de invernaderos todo el año. A pesar de que se llama de La Orotava, el jardín se encuentra más cerca del Puerto de la Cruz.
Como visita opcional, se puede ver el Loro Parque, junto a la popular Playa Jardín, el que es el mayor parque zoológico de Tenerife y que ocupa una superficie de 135.000 metros cuadrados. Puedes comprar la entrada aquí.
Hay restaurantes de cocina internacional repartidos por toda la zona turística del Puerto de la Cruz. Los que están sobre los rompientes en el paseo marítimo tienen el añadido de tener al Atlántico como telón de fondo, los restaurantes de la zona del puerto están especializado en pescado fresco.
Día 4. Icod, Garachico, Teno y Masca.
Seguimos con esta ruta para conocer Tenerife en 7 días. Seguimos con la parte norte de la isla para visitar otros pueblos imprescindibles de esta zona.
Empieza el recorrido tropieza con Icod de los Vinos. Y en Icod, hay que parar por su drago. Se trata de un árbol especialmente antiguo, símbolo de la isla de Tenerife.
Las guías turísticas hablan del árbol de Parque del Drago como milenario, sin embargo, la ciencia ha determinado que la antigüedad real es de unos 750 años. Una datación que colocaría al ejemplar conviviendo en el paisaje con los primeros pobladores guanches de Tenerife.
Garachico. Garachico es una encantadora localidad costera del norte que está situada más allá del Valle de la Orotava. El tiempo parece haberse parado en unas calles que aún recuerdan un pasado glorioso vinculado también a la exportación de vinos. El casco antiguo está magníficamente conservado.

En Garachico, la nota dominante es la actividad volcánica. Sólo hay que ver el roque de mar de Garachico, al que la erosión del mar ha dejado aislado y lejos de la costa. Sólo hay que fijarse en el terreno donde rompen las olas más allá de la avenida marítima.
Garachico se asienta directamente sobre una capa o manto de lavas arrojadas al mar por las sucesivas erupciones volcánicas. Volcanes que despeñaron materiales desde las alturas, sólo hay que ver el negro de las laderas que están a la espalda de la villa para tenerlo más claro.
Pasado el castillo de San Miguel, se abre una pequeña ensenada que en su día fue una bahía mucho más grande que sirvió de fondeadero, de puerto natural, hasta que las últimas erupciones de 1706 lo cerraron. Con el fin del puerto se acabó el próspero comercio de vinos internacional, al menos en la misma escala.
Y hablando de escalas, en el parque situado tras la carretera que cruza Garachico, al fondo de unas escaleras que descienden, se puede ver lo que en su día fue una de las puertas de entrada a la villa, la Puerta de Tierra.
Los cuatro o cinco metros de altura del terreno circundante sobre su base también deja clara la enormidad de la acumulación de los materiales volcánicos y todo lo que sepultaron las lavas.
En Garachico, lo más reseñable son los antiguos conventos de las Concepcionistas y de San Francisco y la iglesia de Santa Ana que acoge su Santísimo Cristo de la Misericordia. Si se está en Garachico para las fiestas lustrales del Cristo, mejor.
En verano, hay que darse un chapuzón en las piscinas del Caletón y, si no apetece bañarse, tal vez te seduzca la idea de tomar algo en cualquiera de los restaurantes con terraza de la Avenida Tomé Cano o en la Plaza de la Libertad, preferiblemente en esta última a la caída de la tarde cuando los garachiquense salen a la fresca.
Macizo de Teno. Teno es una macizo que forma la esquina noroeste de la isla de Tenerife. Es, como Anaga, una de las extensiones primigenias de la primera formación geológica de la isla.
El macizo es zona natural protegida y forma un territorio muy poco habitado por su agreste geografía, acantilada sobre el mar y abierta en tajadas por profundos barrancos.

Masca. Uno de esos barrancos es el de Masca. El recorrido a pie por su cabecera y cauce camino de su playa solitaria es una de las rutas de senderismo más frecuentadas de Canarias.
Hacer senderismo en Masca es una opción extra para este día, una excursión que puede quedar sólo en acercarse al pequeño pueblo de Masca para comer y ver el paisaje.
Otras alternativas en la zona pueden ser conocer los pueblos de Los Silos y Buena Vista del Norte, el entorno del faro de Teno y las Charcas de Erjós. Todo junto o separado. En función de tu ritmo.
Tras las experiencias de Icod, Garachico, Teno y Masca, hay que mover ficha para volver a hacer parada y fonda para arrancar la jornada del día siguiente, y ya van cuatro días en Tenerife.
Día 5. Playas del oeste, suroeste y sur de Tenerife.

Más que disfrutar en la isla, más que ver en Tenerife. El quinto día de este itinerario por Tenerife de 7 días hay que reservarlo en esta invitación a recorrer Tenerife para las playas de la costa oeste insular, la más turística de la isla.
En Puerto Santiago, junto al puerto deportivo y el pueblo viejo, se tiene una vista de dos horizontes únicos. Uno de piedra, el de Los Gigantes y otro sobre el mar. El del lado de tierra está formado por los Acantilados de Teno que caen desde casi mil metros de altura sobre las rompientes del mar. Acercarte a alucinar con estos acantilados es algo imprescindible que hay que hacer en Tenerife. No te lo pierdas!!!
El horizonte del mar, en el camino del oeste, aparece dominado por la figura recortada de la isla de La Gomera que parece emerger a 15 kilómetros de distancia. A la hora de las puestas de sol, el espectáculo es increíble, en días de calima y con cielo amarilleado, el espectáculo visual se vuelve sublime.
Desde Puerto Santiago a Las Galletas, se extiende la costa de los municipios de Santiago del Teide, Guía de Isora, Adeje, Arona y San Miguel de Abona cuyos litorales forman playas abiertas, calas y caletas, que ofrecen sensaciones distintas, cada una con opciones de ocio diferenciadas.

Playas de Guía de Isora, como las de Abama, San Juan o de Alcalá, de arena negra, unas, formando piscinas naturales, otras. Playas de Costa Adeje, como las de La Enramada, del Duque, de Fañabé, Torviscas, de El Bobo, Troya, La Pinta o la de Las Cuevitas.
Pero las playas más conocidas y populares de este litoral son sin lugar a dudas las de las Américas y de los Cristianos. Ambas con opciones interesantes para practicar deportes acuáticos y una oferta de ocio inabarcable. Los Cristianos tiene conexión marítima con La Gomera y ofertas para ver cetáceos en el mar.
Un cambio de aires. Si se quiere salir del mundanal ruido y disfrutar de ambientes de pueblo en contraste con los aires cosmopolitas de las urbanizaciones de la costa, entonces hay que reintroducir en la ruta a Santiago del Teide y Guía de Isora. Es una opción perfectamente válida.
Día 6. El Médano, Granadilla de Abona, Güimar, Arico, Fasnia, Arafo y Candelaria.
Desde El Médano a Candelaria, la isla tiene otro aspecto. El paisaje es más seco, más árido, pero no menos interesante. Si se sabe qué ver y, mejor, qué hacer.
La tierra sigue siendo volcánica, aunque haya cambiado de color, los conos eruptivos hay que encontrarlos, aunque a estas alturas del viaje, seguro que la vista ya está más que entrenada.

Primera parada de lo imprescindible para ver en Tenerife en el recorrido por el sureste, El Médano.
El Médano es una localidad del sur de Tenerife situada a la altura del Aeropuerto Sur Reina Sofía (el aeropuerto más indicado para llegar a Tenerife si te alojas en la zona sur). Se la localiza fácilmente sobre el paisaje por el perfil del volcán de Montaña Roja.
La playa de La Tejita y las que hay a un lado y a otro del volcán y las que tocan las dunas del sur son mecas para los surferos y demás familia de deportistas que hacen del mar y del viento un sentido vital.
Para continuar hay que subir para hacer sendero con la antigua carretera general y dejar atrás las prisas de la autopista. Todo para ver en sucesión los cascos de Granadilla, Güimar, Arico, Arafo y Fasnia antes de llegar a Candelaria.
Pero antes, vale la pena visitar una cueva muy popular. En Granadilla de Abona no hay que dejar de ver la Cueva del Hermano Pedro sobre el arranque de la pista del aeropuerto y en un entorno desértico extremo.
El Hermano Pedro fue un religioso tinerfeño, santificado como San Pedro de Betancur por Juan Pablo II; que hizo misiones en América central comparables con las de Teresa de Calcuta y que es una de las figuras claves de la historia de Guatemala.
La cueva, cuyo espacio es propiedad del aeropuerto, fue lugar de retiro del santo. La cueva, más bien todas las cuevas del entorno ofrecieron refugio a los tinerfeños de esta parte de la isla durante el siglo XVI para esconderse de los ataques de los piratas.
Camino de Güimar. El entorno de Güimar es el equivalente geológico del Valle de La Orotava que está geográficamente al otro lado de la isla. Como en La Orotava, las tierras de Güimar cedieron y cayeron sobre el mar no sin antes formar un anfiteatro de riscos descarnados.
En Güimar hay que ver la iglesia de San Pedro Apóstol y estar en la Playa de Chimisay para la Romería del Socorro los días 7 y 8 de septiembre.
Nuestra ruta de lo que hay que ver en Tenerife en una semana atraviesa Arico, Fasnia y Arafo. En Arico, hay que acercarse a ver la iglesia de San Juan Bautista. En Fasnia, el Barranco de Herques, una zona de gran importancia arqueológica.
En Arafo, la parada puede ser en el pintoresco entorno del sitio etnológico del Molino y Los Lavaderos. En cualquiera de estos pueblos, donde cuadre, se puede comer, preferentemente en restaurantes con terrazas que den a la plaza principal.
El final del recorrido para ver en el sexto día de esta ruta por Tenerife en 7 días es, como no podía ser de otra manera, Candelaria. En Candelaria se sitúa la basílica de la virgen del mismo nombre.

La que se le apareció a los aborígenes canarios en tiempos de la conquista y cuyos hechos milagrosos se celebran y se escenifican en la zona de la playa. Las filas de esculturas monumentales que atraviesan los fieles que acuden al templo representan a figuras destacadas de caudillos guanches antiguos.
La romería de La Candelaria, que moviliza a miles de romeros llegados desde todas las partes de la isla, es una de las celebraciones más populares de Tenerife (15 de agosto).
Día 7. Visita al Parque Nacional del Teide.
Una visita imprescindible reservada para el último día de un viaje para ver Tenerife en 7 días y para recordar siempre.
El Parque Nacional del Teide es el espacio natural más visitado de España. Y el Pico Teide, la cima más alta del territorio nacional con 3.718 metros, el tercer volcán más alto del mundo visto desde tierra y el segundo si se cuentan los metros desde el lecho marino.
El Teide es la estrella del lugar. Lo es por su posición en un entorno en el que nada le hace la más mínima sombra, por su ubicación tan destacada como en lo alto de un altar o por la forma tan característica que ha acabado por convertirse en un icono reconocible de las Islas Canarias.
El Teide es en realidad el último de los volcanes aparecidos en el mismo lugar, unos sobre otros, a lo largo del periodo de formación del entorno de la base, de las Cañadas del Teide, y de la misma isla de Tenerife.
Unos volcanes fueron reemplazando a otros sobre la misma posición y el Pico Teide apenas es la sombra de lo que en tamaño fueron sus antecesores.
Sólo hay que ver las Cañadas del Teide para caer en las magnitudes de la colosal actividad volcánica. Las Cañadas del Teide está formada por dos calderas volcánicas de bordes bajos que tienen más de quince kilómetros de diámetro.
Para entendernos, el Pico Teide sería el tapón que cerró el último derramadero de lava y escoria cuando la actividad de la erupción ya no dio para más.

Hay un teleférico que te lleva hasta la estación de La Rambleta a unos 3.555 metros de altura. Puedes reservar tu billete en este enlace. Si quieres subir los metros que faltan hasta la cima hay que solicitar permiso con antelación. Puedes hacerlo en este enlace.
El entorno de Las Cañadas es un paisaje extraño, inusual, primigenio. Tanto que sus alrededores se han rodado varias películas con tramas desarrolladas, como no podía ser menos, en tiempos remotos. Entre los roques, hay una ruta de senderismo muy popular.
En Las Cañadas, hay que ver los Roques de García, surgidos en el punto de contacto entre las dos semicalderas; pero también los tajinastes rojos. Se trata de unas plantas de flores vistosas que crecen en penachos largos y que se hacen notar sobre el paisaje en tiempos de su floración en primavera.
En invierno, cuando nieva, Las Cañadas es el patio de recreo de los tinerfeños, ávidos siempre de ver el Teide y el Valle de Ucanca blanco y de cerca.
El Parador de Turismo representa, en cuanto a alojamientos, uno de los lujos de Tenerife. Lujo porque se comparte la cabecera de la cama en un hotel de calidad con una bóveda llena de estrellas.
La zona de restaurantes situada a la entrada del Parque Nacional en El Portillo ofrece un ambiente de fonda de carretera que no ha cambiado con los años.
Consejos muy útiles a la hora de visitar Tenerife
Ropa. Hay que meter en las maletas tanto ropade verano como indumentaria de abrigo para protegerse de la humedad, del fresco y del frío.
En el sur de Tenerife, las temperaturas pueden rondar los 25ºC durante todo el año, en días de calima o en pleno agosto, se pueden dar picos de 40ºC. En cambio, en zonas altas y en el norte, las temperaturas pueden bajar a los 5ºC en otoño o en invierno.
Botas de senderismo o zapatillas de deporte. Tenerife es un paraíso para los amantes de la naturaleza a los que les gusta caminar por el monte. Los senderos están marcados y no falta información en todos los idiomas que ayuda a recorrerlos en todos los puntos de la isla. Meter las botas de senderismo en la maleta suma puntos a la experiencia de viajar a Tenerife.
Fiestas locales. Es importante conocer con antelación qué fechas son festivas en la isla, no sólo para evitar encontrar sitios cerrados, sino para aprovechar las celebraciones populares como una forma más de conocer la isla. La mayor parte de las fiestas populares de Tenerife se celebran en los meses de verano.
Los lunes cierran muchos museos. Los lunes suelen cerrar algunos museos y espacios de ocio que abren todo el fin de semana. También hay que tenerlo en cuenta a la hora de programar la aventura en Tenerife.
Coches de alquiler. Los coches de alquiler son bastante económicos en la isla. Hay una amplia gama de vehículos disponibles y las contrataciones semanales ayudan a ahorrar algo de dinero.
Subida al Pico Teide. Un teleférico lleva a los visitantes del Parque Nacional del Teide a la cima. El billete se puede comprar por adelantado y es posible cancelarlo si se hace al menos 24 horas antes de la visita. Suele suceder que, en días de fuerte viento, pare su actividad por seguridad.
Si se compra anticipadamente, se puede cancelar 24 horas antes de la visita y hay reembolso del dinero pagado. El pie del teleférico acoge un restaurante con cafetería y una tienda de recuerdos.
Visita al Siam Park. El Siam Park está situado en el sur de Tenerife, en la zona turística. Es considerado uno de los mejores parques acuáticos del mundo.

Mercados y guachinches. Los mercados del agricultor y los guachinches del norte de Tenerife ponen la nota de color con lo mejor de la tierra para cualquier inmersión en la cultura local y en los sabores tinerfeños.
Sólo hay que dejarse caer por los mercados de los pueblos o sentarse en la mesa de algunos de los restaurantes familiares más populares para dar un paso de gigante en la toma de contacto. Lo demás, socializar.
Toma nota: mercados agrícolas recomendados, los de la Matanza de Acentejo, Tegueste, La Orotava y Tacoronte.
Guachinches para ver en Tenerife y disfrutarlos en primera fila: ‘El Primero’, el primero, en Santa Úrsula; ‘Parralito’, en La Matanza; ‘Los Gómez’, en La Orotava o ‘El Miradero’ en Icod de los Vinos (buen vino de cosecha propia).
Siete días para conocer Tenerife, Tenerife en 7 días, una oportunidad de una semana para conocer esta maravillosa isla canaria.
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Que bueno pinta muy bien, acabamos de llegar, mañana empezamos el plan!
estupenda planificacion